Las especies de aves con un cerebro más grande de la media tienen niveles más bajos de una hormona clave relacionada con el estrés. Esta es la conclusión de un estudio que analizó casi 200 estudios científicos sobre aves. Estos pájaros viven menos estresados porque se saben anticipar o aprenden a evitar los problemas de forma más efectiva que los pájaros con un cerebro más pequeño.
“No todos los pájaros responden al estrés de la misma manera”, señala Daniel Sol, investigador del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas, de España) en el CREAF (por sus siglas en catalán, Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales, en español), institución participante en la investigación.
Hace muchos años su equipo de investigación estudia, junto con otros investigadores, las diferencias entre las especies de cerebros grandes, como los cuervos y los loros, y los que tienen cerebros más pequeños, como las gallinas y las codornices. Los primeros sobreviven mejor a la naturaleza y también tienen más éxito cuando se establecen en una comunidad dentro de un nuevo entorno.
En su nuevo trabajo, Daniel Sol, Ádám Lendvai, un biólogo evolutivo de la Universidad de Nyíregyháza en Hungría, y otros investigadores han analizado la literatura científica para encontrar estudios en los que se midieran los niveles de corticosterona de aves en situaciones de estrés. En total encontraron 189 estudios publicados antes de 2010 con medidas comparables de la masa cerebral y de la corticosterona de 119 especies de aves. El análisis, publicado en Proceedings of the Royal Society B,, reveló que las aves con cerebros grandes tenían menores niveles de hormona del estrés en la sangre, mientras que estos valores se disparaban en las aves con cerebros más pequeños.
Un cerebro grande es costoso de desarrollar y de mantener, pero estos resultados sugieren que los costes se podrían compensar aumentando la capacidad del ave para afrontar nuevos retos y situaciones estresante. Estas habilidades cognitivas «se pueden interpretar como un mecanismo alternativo a las respuestas hormonales», explica Sol. Después de todo, dice, «en muchas especies animales el aprendizaje se ha asociado con una reducción del estrés” .
El estrés de la vida salvaje puede acorta la vida de las aves
Ser un ave y vivir en la naturaleza conlleva mucho estrés. Entre otros riesgos, para sobrevivir debe detectar constantemente a sus depredadores o soportar cambios de temperaturas radicales. Estos momentos de estrés provocan cambios en su metabolismo, en particular aumenta la producción de una hormona del estrés llamada corticosterona.
La liberación inmediata de esta hormona, uno o dos minutos después de una situación de estrés, desencadena una respuesta de emergencia y prepara las aves para reaccionar rápidamente ante la amenaza. Sin embargo, la exposición regular a los peligros de la naturaleza y, por tanto, los altos niveles de esta hormona, tiene consecuencias graves para la salud y reduce la esperanza de vida.
Referencia bibliográfica:
Ádám Z. Lendvai, Veronika Bókony, Frédéric Angelier, Olivier Chastel, and Daniel Sol Do smart birds stress less? An interspecific relationship between brain size and corticosterone levels Proc. R. Soc. B November 7, 2013 280 1770 20131734; doi:10.1098/rspb.2013.1734 1471-2954