A pesar de la intensa deforestación de las zonas tropicales, al grado de que son las más dañadas del planeta, y el cambio climático, un grupo de plantas, las briófitas, descendientes de las algas verdes, han resistido y según el doctor Stephan Robbert Gradstein hay mucho que aprender de ellas.

El doctor Robbert es investigador y profesor honorario del Departamento de Sistemática y Evolución del Museo de Historia Natural de París, entre otros cargos importantes en el área de la botánica, y en su conferencia “Impacto de la deforestación y el cambio climático en las briófitas tropicales”, impartida en el Centro de Investigaciones Tropicales (CITRO), refirió una investigación que realizó junto con algunos de sus estudiantes en los bosques tropicales de Bolivia, Costa Rica, Guyana Francesa e Indonesia, para analizar la forma en que el cambio climático y la deforestación han afectado la vida de las briófitas, como los líquenes, musgos, antoceros y las hepáticas.

En palabras del doctor, los bosques tropicales son los más afectados por la deforestación y hasta la fecha existen ocho proyectos internacionales que se encargan de estudiar y predecir los cambios de temperatura en el mundo. Estos cambios afectan a muchas especies que también ha estudiado, pero en este caso habla de las briófitas, ya que son plantas muy susceptibles a los cambios de humedad, son muy abundantes y su biodiversidad revela información de los bosques y cómo han sido afectados.

La pertinencia de poner atención a este tipo de vegetación se relaciona con la importancia ecológica que poseen, como la capacidad de retener agua y nutrientes, también sirven como sustrato para otros organismos y son excelentes indicadores, especialmente de la humedad.

Parte de la investigación del doctor y su equipo se realizó en diferentes hábitats, por ejemplo, en los bosques de niebla, selvas y plantaciones de cacao. Las observaciones les llevaron a descubrir que en las zonas más altas de los árboles, conocidas como copas o dosel, existe mayor abundancia de especies. Asimismo, observó que la mayor cantidad de biodiversidad de estas plantas se encuentra en los bosques que no han sido intervenidos por el hombre, como los bosques primarios, a diferencia de las plantaciones.

En el caso de la deforestación y el cambio climático, los cuales afectan la humedad almacenada en estos hábitats, ha mermado la población en casi 40 por ciento aproximadamente, sin embargo, las briófitas han demostrado tener una gran capacidad de adaptación por encima de lo imaginado, esto tal vez debido a que son plantas pequeñas, que necesitan pocos nutrientes a diferencia de otro tipo de plantas.

Estos resultados se obtuvieron en América, sin embargo, fueron muy parecidos a los que se presentaron en los bosques de una isla de Indonesia, llamada Sulawesi, en donde los bosques que no habían sido afectados por las plantaciones de cacao presentaban más de 150 especies diferentes de briófitas y 75 por ciento menos en las plantaciones.

Como parte de las conclusiones de su trabajo, el doctor mencionó que los cambios climáticos provocados por el calentamiento global y la deforestación tienen un más que sabido impacto en la biodiversidad de las especies, tanto animales y vegetales, que provocan cambios en la abundancia de éstas, en la composición de las comunidades y en su distribución, ya que hay grandes migraciones hacia el norte o a las zonas más elevadas.

La importancia de estudiar a las briófitas también recae en que responden rápidamente a los cambios de temperatura, que permiten predecir o llevar un control más inmediato de las variaciones que de otra manera tardan años en reflejarse, debido a que son graduales.

Al terminar la conferencia, se realizó un “café científico” en el que los asistentes tuvieron la oportunidad de hablar con el doctor y preguntarle a detalle sobre su experiencia como investigador y su trabajo por el mundo.

Finalmente, para los interesados en el tema, se puede consultar el libro del doctor Robbert, “Guide to the Bryophytes of Tropical America”, publicado en el 2001 y “Bryophyte ecology and climate change” de Zoltán Tuba, publicado en el 2011.

Los comentarios están cerrados.