¿Quieres bajar de peso? …!Florecitas de Bach!

¿Tienes depresión post parto?…!Florecitas de Bach!

Tu mascota es sucia, defeca en cualquier lugar, es agresiva, está notoriamente enferma y el dueño es un irresponsable?…!Florecitas de Bach!

¿Problemas de conducta en los niños?…!Florecitas de Bach!

¿Estrés, ansiedad, problemas del sueño?….!Florecitas de Bach!

¿Odias a la ciencia y adoras al new age?…!Florecitas de Bach!

¿No te gusta formarte en serio y prefieres vaciladas?…!Florecitas de Bach!

 

I. Introducción

Juego de Química

Creo que nunca se ha reconocido el enorme valor pedagógico de aquellos juguetes “Mi Alegría”; esa memorable empresa mexicana que nos acercó a miles de niños a las nociones básicas de ciencia y experimentación, y que indudablemente influyó en las elecciones vocacionales a posteriori de millones de profesionales competentes y responsables. En uno de esos tantos juegos químicos y biológicos, miles aprendimos a identificar los elementos de la naturaleza, el fenómeno de “desdoble” o rompimiento por medios químicos o biológicos de moléculas para obtener compuestos más simples, a comprender los cambios que presentan ciertas sustancias cuando, al reaccionar unas con otras, pierden sus características originales y dan lugar a otra sustancia, con propiedades diferentes y un sin fin de aprendizajes valiosos adicionales.

Siendo adulto, al trabajar en un Laboratorio Farmacéutico comprendí en toda su expresión la complejidad de los procesos bioquímicos de farmacocinética, farmacodinamia, biodisponibilidad, bioequivalencia y a la importancia de la investigación y desarrollo en la búsqueda de nuevas moléculas y formas farmacéuticas seguras, eficientes y de dosificación exacta mediante el apego estricto a protocolos clínicos.

 Protocolo de Química

Ahora bien, las anécdotas no tienen valor argumentativo perse, sin embargo nos pueden servir para mostrar la forma en cómo irrumpen en el escenario de la salud física y mental de la población, las propuestas pseudocientíficas del supermercado new age –en este caso la denominada terapia floral o flores de Bach- la cual afirma tener poderes curativos que no dependen de un mecanismo molecular de sus esencias, sino de un “sutil estado energético” que es transmitido desde la flor al paciente. Al leer semejante afirmación no me cabe la menor duda que, la ignorancia es atrevida e irracional y que tal como nos recuerda el físico y escritor de ciencia ficción Gregory Benford (1994) “la pasión asociada a una discusión es inversamente proporcional a la cantidad de información real disponible.”

Como es costumbre, la dinámica de las propuestas new age siempre es semejante; explicaciones «Frankestein” donde todo se mezcla, retórica desgastada, exaltación falaz y tendenciosa de elementos emocionales y de crecimiento humano y alusión superficial a lo «antiguo», lo «natural», lo «inocuo», lo «trascendental», por lo que cualquier intento de recurrir a la lógica formal para desmontar sus endebles postulados casi siempre incrementa la propia irracionalidad de la discusión y el endurecimiento de sus opiniones.

Flores de Bach 2
Las flores de Bach y sus “terapeutas” suponen que sus tratamientos funcionan y tales afirmaciones suelen basarse en términos de esperanza, voluntad, cooperación, energía, deseo y en la insistente costumbre de lograr experiencias fuera de lo común como elemento de transformación personal. La realidad, es que estos charlatanes funcionan en primera instancia por la industrialización y el mercadeo de una gama de productos tangibles e intangibles que paradójicamente afirman oponerse a una lógica racionalista y consumista, pero que operan bajo la fachada de tratamientos alternativos o complementarios, a la complicidad de organismos profesionales que no toman postura en relación al intrusismo profesional y al riesgo de la prescripción arbitraria y al amparo de la ganancia y del capital aprovechando la mentalidad gnóstica, acrítica y fanática de consumidores que ponderan las mercancías simbólicas como esencias, flores, amuletos protectores, conductores de energía, mediadores con fuerzas invisibles y emanadores de poderes curativos.

 

II. ¿Qué demonios son las flores de Bach?

Flores de Bach 3

La terapia floral de Bach, llamadas así en “honor” a un médico inglés; Edward Bach, son una serie de 38 preparados naturales no farmacológico de naturaleza homeopática –y hasta donde se sabe carentes de acciones biológicas o fisiológicas- los cuales son elaborados a partir de una maceración en agua de pétalos de flores maduras de diversas especies vegetales silvestres o naturalizadas que afirman provenir de las regiones de Inglaterra y Gales. Aunque la “popularidad ha sido tal que en distintos países: Perú, Brasil y lamentablemente México han creado sus propios «sistemas»; es decir diluciones de grupos de flores autóctonas del lugar.

Estas esencias posteriormente son diluidas en brandy o alcohol como medio de conservación, y el compuesto resultante se almacena en frascos-goteros de color opaco. No conforme con ello, las florecitas, se han clasificado simulando burdamente un IBP (Información básica para prescribir) para ser usadas y prescritas para el tratamiento de diversos trastornos, tales como ansiedad, fobias, trastorno obsesivo-compulsivo, depresión, problemas de conducta y aprendizaje, trastorno de déficit de atención, trastorno afectivo bipolar, incertidumbre, desinterés, soledad, desesperación, abatimiento e incluso hasta en el manejo terapéutico del cáncer y del VIH-SIDA.

Si el proceso descrito para la elaboración de las esencias florales y su espectro terapéutico no parece suficientemente ridículo, desgraciadamente hay más. Según la terapia floral, la enfermedad tiene su origen en sentimientos y actitudes negativas que bloquean nuestra energía vital. Y aquí precisamente va una serie ensalada de ideas, palabras y conceptos dignos de cualquier esquizofrénico respetable, pues se postula una intervención vibracional, memoria del agua y de los compuestos, una conexión imprecisa entre las emociones, la mente y el cuerpo físico, emocional y espiritual y alteraciones o bloqueos en el flujo de la energía vital, al cual denominan como Qui y como aderezo también se prostituyen los postulados físicos de Einstein y de la teoría cuántica en cuanto al comportamiento de la materia y de la energía a nivel atómico y subatómico como mecanismos y evidencias de su efectividad.

De modo tal, que a través del consumo de las diluciones se “ayuda” al organismo a lograr la homeostasis, se influye en las dimensiones emocionales y se coadyuva a la resolución de trastornos físicos y mentales. Así por ejemplo, si por momentos tienes episodios de pánico bien podrías probar con unas gotitas de “Rock Rose”, si hay que fomentar la autoconfianza entonces un poco de “Larch” no nos haría ningún mal y, si de plano tu intención es eliminar los pensamientos obsesivos e ideas morbosas acudamos a unas cuantas gotas de “White Chestnut”.

Flores de Bach 4

Los “profesionales” y personas sin escrúpulos que usan la terapia floral habitualmente se escudan en una serie de justificaciones que resulta importante denunciar, a saber:

  1. Explotan la evidencia anecdótica falaz: “A mí me han funcionado” sin someterse a la rigurosidad de protocolos clínicos, diseños experimentales “doble ciego” o estudios clínicos consistentes.
  2. Se escudan bajo la el mercadeo de tratamientos alternativos y complementarios a la medicina alópata.
  3. Afirman delirantemente que la terapia floral es un tratamiento alternativo avalado por la OMS, cuando en realidad no existe documento pronunciamiento oficial alguno al respecto.
  4. Manipulan vulgarmente la idea de la nocividad de los productos farmacéuticos, sus ocultos intereses corporativos y los riesgos de la medicina “invasiva”.
  5. Se autodenominan “terapeutas florales” aun cuando muchos de ellos ni siquiera tienen formación profesional y en todo caso teniéndola violan principios sanitarios y del código ético profesional, al no exigírseles responsabilidad por iatrogenias, mala praxis, manipulación ideológica de los pacientes, prescripción de sustancias, promoción del pensamiento irracional, daños a los pacientes o responsabilidad legal por errores diagnósticos como efectivamente si se exige a médicos, psiquiatras, psicólogos y profesionales del área de la salud.
  6. Nunca aceptan la validación científica de sus postulados y menos aún la explicación analítica del efecto placebo, pues afirman no necesitar respaldos «oficiales», pues es más que suficiente el “amor” a la práctica floral y observar los beneficios de su uso.
  7. Aunque la terapia floral no ha realizado ningún aporte relevante a la salud pública, paradójicamente se difunden, comercializan y prescriben libremente, sin sujetarse a normas o regulaciones sanitarias, ni denunciarse como “productos milagro”, publicidad engañosa o evidencia de intrusismo profesional.
Placebo

Una variedad de estudios han descrito la inutilidad de la terapia floral, han mostrado una enorme ausencia de evidencias clínicas de su eficacia y una relación muy estrecha como placebos. Destacan en este sentido los análisis de Lewith et al (2009) y Perry, Terry y Ernst (2010). En el campo de la salud mental, Kirsch (1990) afirma que la noción de efecto placebo nos ha permitido comprender que detrás de la eficiencia de un tratamiento cualquiera se encuentran las convicciones, las sugestiones y las creencias de la persona. En otras palabras, el modo en que nos sentimos depende en gran parte de lo que pensamos que sentiremos, de lo que anticipamos y de aquello que esperamos. Por lo tanto, es absolutamente viable argumentar que el funcionamiento de la terapia floral depende de una serie de factores diversos e interrelacionados, tales como los siguientes:

a) Los tangibles o productos ofrecidos.

b) Los nombres de las “esencias”; pues entre más ingeniosos resulten mejores efectos tendrán.

c)  La creencia de eficacia que los adeptos tengan hacia el tratamiento.

d) Las experiencias previas de salud-enfermedad de los consultantes.

e) El grado de conocimiento de las intervenciones a las que serán sometidos los usuarios.

f)   La ambientación novedosa en la cual se realizan las intervenciones.

g) La confianza en el sanador y la confianza que el propio terapeuta muestra hacia el tratamiento practicado. 

Los aspectos descritos indican que las expectativas de respuesta son expectativas de ocurrencia de respuestas no volitivas, esto es, probabilidades subjetivas de aparición de respuestas experimentadas como de ocurrencia automática, sin esfuerzo consciente (Kirsch, 1985). El efecto placebo no es sólo un fenómeno subjetivo, implica una gama de reacciones biológicas y neuroquímicas generadas en las estructuras del sistema límbico y del tallo cerebral que influyen de formas diversas sobre el estado funcional del organismo y en sus funciones cognitivas, endocrinas, motoras y neurovegetativas.

 

III. Una reflexión final

Las terapias alternativas forman la «rama» pseudocientífica del new age más grande y vendida al público incauto, irracional y acrítico. Sus afirmaciones siempre vienen formalizadas como una retórica abundante de falacias y un discurso esperanzador que manipula las expectativas más arraigadas de la condición humana. Sus practicantes, vendedores y adeptos parecen auténticos “profesionales”, pero no lo son, lo que venden es sólo basura. Sus ideas y prácticas no sólo rayan en lo absurdo, sino que aunque resulte arriesgado creo que para los profesionales; resulta una opción viable y necesaria para su deformación profesional y patología personal, mientras que para sus seguidores, representa “iluminación” para intentar salirse del hoyo existencial. Finalmente, para un país como México, que consume masivamente ideas de autoayuda ramplona y pensamiento positivo y terapias extravagantes, es indispensable hasta cierto punto el pensamiento irracional de la sanación mediante flores como una opción ante décadas de crisis y humillación permanente.

Adivinadora

La seducción sectaria del new age es una de las más complejas y bien construidas formas de manipulación mercadológica que envuelve a sus adeptos y defensores bajo la dinámica de una avalancha de transformación personal radical y trascendental. El new age es también –y muestra de ello es la terapia floral- el espacio vital idóneo para el intrusismo profesional, pues los promotores y consumidores difícilmente generan una apropiación reflexiva del conocimiento pues dependen de manera esencial de la confianza, de la entrega y de una fe irreductible orientada por sus creencias y prácticas situadas. La pseudociencia es la disociación entre la creencia y la evidencia. Quienes están atrapados en la trampa de la credulidad les resulta muy difícil tomar un distanciamiento crítico, pues ello exige ser capaces de escapar de su propio ensimismamiento.

Las flores de Bach sirven y mucho. Yo he pensado tomar 5 frascos y tirárselos en la cabeza a sus promotores y créanme que me sentiré de lo más relajado.

Referencias

Benford, G. (1994). Crono Paisaje. Barcelona, Ediciones B – Colección NOVA.

Kirsch, I. (1985). Response expectancy as a determinant of experience and behavior. American Psychologist, 40, 11, 1189-1202.

Kirsch, I. (1990). Changing expectations: A key to effective psychotherapy. Pacific Grove, CA: Brooks/ Cole.

Lewith, G et al (2009). The context and meaning of placebos for complementary medicine. Forsch Komplementmed, 16, 404-12.

Perry, R. & Terry, R. & Ernst, E. (2010). A systematic review of homoeopathy for the treatment of fibromyalgia. Clin Rheumatol, 29, 457-64.

Doctor en Psicología Educativa y del Desarrollo por la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México. Instructor de Educación Continua de la Facultad de Estudios Superiores de Iztacala, UNAM. Profesor de Cátedra de la División de Profesional y Posgrado del Departamento de Estudios Humanísticos y Formación Ética del Tecnológico de Monterrey, Campus Puebla.

Correo: [email protected]

Twitter: @HectorCerezoH

Blog:  http://docenciaydocentes.blogspot.com

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