Un estudio realizado por investigadores de varias instituciones noruegas destaca la eficacia de la mamografía para prevenir el cáncer de mama, ya que reduce la mortalidad en un 28%. El trabajo sale en el último número de la revista British Medical Journal (BMJ), que el pasado mes de febrero publicó un estudio realizado en Canadá que cuestionaba la eficacia de esta técnica.

Sin embargo, BMJ dice en un editorial en este nuevo número que el estudio noruego desvela “lo que ya se sabía: que los beneficios de las mamografías son como mucho modestos” y pide que se dé a las mujeres “una información equilibrada que incluya los daños que conlleva esta técnica, entre ellos, el sobrediagnóstico, el estrés psicológico y unos costes sanitarios exorbitantes”.

Según recuerda la publicación, ensayos controlados y aleatorizados de la década de los 70 y los 80 indicaban que las mamografías prevenían las muertes por cáncer de mama. Pero los métodos utilizados por algunos de estos estudios fueron criticados, lo que planteó dudas sobre la validez de los hallazgos. Los avances en la tecnología y el tratamiento también han suscitado interrogantes sobre la fiabilidad de los ensayos más antiguos para estimar los beneficios y daños de esta prueba diagnóstica en la actualidad.

Ahora, el estudio prospectivo de los investigadores noruegos ha evaluado la eficacia de la mamografía moderna comparando la mortalidad por cáncer de mama entre mujeres que habían sido sometidas a esta prueba y las que no.

Para ello, los científicos analizaron datos de mujeres noruegas de 50 a 79 años de edad de 1986 a 2009 –período en el que se implantó de forma gradual el programa de mamografías en Noruega– y compraron las muertes por cáncer de mama entre dos cohortes: las que habían sido sometidas a la prueba y las que no lo habían sido, haciendo una clara distinción entre los casos diagnosticados antes de que se produjera la cita.

Los datos del estudio calculan que se produjeron 1.175 muertes entre las mujeres que se sometieron a mamografía, frente a las 8.996 muertes de las que no se hicieron la prueba.

Tras ajustar factores como edad, área de residencia y tendencias subyacentes en la mortalidad por este tipo de tumor, los investigadores han estimado que las mamografías contribuyeron a una reducción del 28% en muertes por cáncer de mama. A pesar de esta reducción del riesgo relativo, los especialistas independientes que firman el editorial señalan que el screening solo evita la muerte de 27 de cada 10.000 mujeres. 

Modelo de simulación

Usando un modelo de simulación, los investigadores han estimado que para prevenir una muerte por cáncer de mama, haría falta que se hicieran mamografías 368 mujeres de 50 a 69 años de edad cada dos años durante toda su vida. Un análisis más detallado para reforzar los hallazgos no cambió sustancialmente los resultados.

Este estudio ‘»añade información importante al creciente conjunto de evidencias observacionales que estiman los riesgos y beneficios del screening‘», dicen los investigadores estadounidenses en el editorial que acompaña al artículo, en el que hacen un llamamiento para que se informe a las mujeres sobre las ventajas e inconvenientes del cribado. 

Referencia bibliográfica:

http://www.bmj.com/content/348/bmj.g3701

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