Por Tania Robles
México, DF. 6 de diciembre de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- El mundo marino, hospedaje de enormes cantidades de especies animales y vegetales, contempla tres criaturas distintas: las rayas, mantas y mantarrayas, que agregan a los ecosistemas su peculiar y especial figura de pez plano, es decir, están aplanados dorsoventralmente.
Todos estos pertenecen a un conjunto de especies de peces cuya característica primordial es que sus cuerpos están formados de cartílago y no hueso. Dentro de esta categoría se distinguen como peces batoideos y se distribuyen en todos los mares del mundo e incluso en zonas de agua dulce.
Los batoideos tienen cuerpos aplanados y formados por un disco que fusiona las aletas pectorales y los lados de la cabeza (usualmente es más ancho que largo), también por una cola y dos caras, la dorsal y la ventral. Todos son carnívoros y se alimentan de peces más pequeños, crustáceos o moluscos. Todos los batoideos son de fecundación interna y de lento nado.
Mantas, rayas y mantarrayas
«Los ojos son siempre dorsales y próximos a ellos están los espiráculos, por donde entra y sale el agua cuando el animal se encuentra apoyado en el fondo. En la superficie ventral del disco se encuentran de adelante hacia atrás: las narinas, la boca, las hendiduras branquiales y la cloaca», expresa el libro Rayas, chuchos y otros batoideos del Atlántico sudoccidental.
En las rayas, la cola es mucho más desarrollada y tienen aletas dorsales, al contrario de las mantarrayas, las cuales tienen una cola no tan bien desarrollada y tampoco las aletas dorsales, además cuentan con un arpón o espina venenosa que tiene una toxina neurotóxica no letal, con excepción de una especie habitante del Río Amazonas que sí puede llegar a matar a un ser humano, explicó Angie Carolina Campos Rentería, estudiante de biología en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) unidad Iztapalapa.
Las mantas generalmente son de tamaño más grande y tienen una cola mucho más delgada y conspicua y sin aletas dorsales ni arpón venenoso. En algunas especies puede llegar a existir el vestigio de uno, aunque esto es muy raro. La respiración de las mantas es principalmente a través de la boca.
La alimentación de las mantas está basada en crustáceos, peces pequeños y zooplancton que son capaces de colocar en su boca por medio de sus apéndices cefálicos. Ya en el interior de su boca, filtra el agua por un aparato prebranquial tal cual lo hacen las ballenas.
Las mantas generalmente habitan en la superficie del océano y se encuentran casi siempre mar adentro.
Las rayas habitan en el bento, es decir, en la columna de agua en donde está el sustrato, aunque normalmente se encuentran en el fondo, con su disco parcialmente enterrado, o nadando cerca de él. Su respiración se da a través del agua que estas inhalan por la boca. Se alimentan de crustáceos, moluscos, poliquetos y cefalópodos.
Las mantarrayas pueden andar en la columna de agua, es decir, pueden subir y bajar. Su base alimentaria es el plancton y, como consecuencia, no tienen dientes. Son las que mayores tamaños pueden alcanzar.
La diversidad de tamaño de todas estas puede ser muy variada.
Peces comprimidos
Los lenguados son peces comprimidos porque están aplanados lateralmente y tienen ambos ojos en el mismo lado. Los lenguados no comparten la forma de un pez fusiforme, anguiliforme, esféricos, el que regularmente todos conocemos, sino que son aplanados.
Algo que es muy característico de estos peces es que cuando nacen y son larvas, son peces fusiformes, es decir que tienen un ojo de cada lado, pero al pasar el tiempo sufren una metamorfosis que ocasiona que uno de los ojos migre hacia donde está el otro y así quedan ambos del mismo lado. Los lenguados no son peces cartilaginosos, sino que son óseos, ellos sí tienen un esqueleto de hueso.
Para que tengan la forma que los distingue es necesario que sus órganos no estén distribuidos como en los peces fusiformes por ejemplo, sino que se alojan todos en la cavidad visceral ubicada cerca de su cabeza, ahí se encuentran el corazón, los intestinos y demás órganos correspondientes. De igual forma el ano de este pez se encuentra en una parte distinta a la que usualmente observamos.
Estos peces se adaptaron a esta fisonomía porque en la zona que habitan, el sustrato, no les serviría tener un ojo de un lado por el que no pueden observar. Por medio de la evolución se llegó a que el ojo migrara de un lado; al igual que la coloración del lado anclado al sustrato y el expuesto, es muy diferente por estas adaptaciones.
La vista que tienen estos lenguados es dinámica porque cuentan con nervios ópticos que les permiten mover los ojos y así poder dirigirlos hacia distintos ángulos y direcciones, como lo hacen por ejemplo las personas.
Los lenguados tienen en la piel células cromatóforas que ayudan a los peces a cambiar su color y poder camuflarse con el entorno; también se entierran en el sustrato como forma de protección de los depredadores.