Investigadores de la Universitat Pompeu Fabra han estudiado cómo las desigualdades de género en la exposición a los factores de riesgo psicosociales derivados del trabajo en Europa varían en función del estado del bienestar y de la clase social ocupacional.

“Nuestra hipótesis inicial era que cuanto mayor fuera el desarrollo de las políticas de protección social y del mercado de trabajo, como es en el caso de los países escandinavos, menores serían las desigualdades de género asociadas”, afirma a SINC Javier Campos, autor principal del trabajo.

Los científicos también esperaban que las desigualdades fueran más marcadas en las clases sociales ocupacionales más desfavorecidas y con menos recursos socioeconómicos, por ejemplo, entre los trabajadores manuales.

Sin embargo, las conclusiones, publicadas en el International Journal of Occupational and Environmental Health, son totalmente opuestas. En Escandinavia las mujeres directivas o profesionales mostraron la prevalencia más alta en los tres tipos riesgos psicosociales.

El 41,0% de estas mujeres se sentían expuestas a demandas de trabajo altas con muy poco control sobre ellas. Un 34,7% creían estar sometidas a fuertes exigencias sin contar con el apoyo de sus compañeros. El 26,5% pensaban que invertían mucho esfuerzo emocional en su dedicación al trabajo pero obtenían una recompensa insuficiente: un salario bajo o pocas perspectivas de progreso.

Por el contrario, los hombres directivos o profesionales de países anglosajones mostraron la menor prevalencia de exposiciones a la alta demanda-bajo control (13,5%), alta demanda-bajo control-bajo apoyo social (11,2%) y al alto esfuerzo-baja recompensa (16,9%).

Para alcanzar su objetivo, los investigadores utilizaron los datos proporcionados por la cuarta Encuesta Europea de Condiciones de Trabajo de 2005, que incluye 28 países europeos (entre ellos España) y una muestra total de 12.402 mujeres y 15.063 hombres.

Las mayores desigualdades de género en la exposición a riesgos psicosociales se observan también en los países escandinavos.

El tercer resultado a destacar es que en los países escandinavos, entre las clases sociales con más recursos esta desigualdad de género se acentúa. Es casi el doble en la población más favorecida socioeconómicamente (categoría I) con respecto a la categoría II, y desparece en la categoría III (la más desfavorecida).

Retos para el futuro

“Que exista una mayor proporción de mujeres expuestas a riesgos psicosociales derivados del trabajo se explica, en parte, por el tiempo dedicado al cuidado de los hijos o las personas dependientes en el hogar, una tarea que recae principalmente sobre las mujeres, a pesar de ciertos cambios de mejora en el reparto desigual de las tareas del hogar”, asume Campos.

Para el experto, la masculinización y feminización de los sectores de actividad económicos de las empresas –como el de la industria y la construcción, típicamente masculinos, y el de los servicios, femenino– podría aclarar parte de las desigualdades observadas.

También hay que tener en cuenta las distintas percepciones de las personas encuestadas a la hora de valorar los resultados. “Quizás en los países escandinavos, con una muy amplia tradición en las políticas educativas de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, la sensibilidad de percepción de las mujeres sea mayor en comparación a la de los países del sur de Europa”, comenta.

Los investigadores encuentran otra posible explicación en el impacto de las políticas de protección social para reducir las desigualdades de género, que es distinto en las distintas clases sociales ocupacionales.

“Un reto para la investigación futura será analizar cómo la exposición a los riesgos psicosociales relacionados con el trabajo podría afectar a la salud física y mental de mujeres y hombres en los distintos países teniendo en cuenta las distintas clases social ocupacionales”, concluye Campos.

Referencia bibliográfica:

Campos-Serna J, Ronda-Perez E, Moen BE, Artazcoz L, Benavides FG. “Welfare state regimes and gender inequalities in the exposure to work-related psychosocial hazards”. International Journal of Occupational and Environmental Health. 2013 Jul-Sep;19(3):179-95.


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