Las malas noticias en los medios incrementan la sensibilidad de las mujeres ante las situaciones estresantes pero no tienen un efecto similar en los hombres, según un estudio que difunde hoy Public Library of Sciences (PLoS).
El estudio emprendido por investigadores en el Centro de Estudios del Estrés Humano, del Hospital Luis H. Lafontaine, en la Universidad de Montreal (Canadá), encontró que las mujeres que participaron en la investigación también tenían un recuerdo más claro de la información recibida.
«Es difícil evitar las noticias considerando la multitud de fuentes de información que nos rodea», señaló la investigadora principal Marie France Marin. «Quizá tanta abundancia de noticia sea mala para nosotros. Ciertamente, luce como que ése es el caso», añadió.
Los investigadores separaron a los 60 participantes en cuatro grupos y les pidieron que leyeran artículos de prensa.
Para determinar sus niveles de estrés, los investigadores tomaron muestras de la saliva de los participantes y examinaron los niveles de cortisol. Los niveles altos de esta hormona en el cuerpo indican rangos más elevados de estrés.
Un grupo de hombres y otro de mujeres leyó noticias «neutrales», como la inauguración de un parque o el estreno de una película, en tanto que otro grupo leyó sobre noticias negativas como homicidios o accidentes.
Luego los investigadores tomaron nuevamente muestras de saliva para determinar el efecto de las lecturas.
«Cuando nuestro cerebro percibe una situación amenazante nuestro cuerpo produce hormonas del estrés que llegan al cerebro y pueden modular las memorias de los acontecimientos estresantes o negativos», explicó Sonia Lupien, directora del Centro para Estudios del Estrés Humano y profesora en el Departamento de Psiquiatría de la universidad.
«Esto nos llevó a pensar que la lectura de noticias negativas debería provocar la reacción de estrés del lector», añadió.
A los participantes se les presentó una serie de tareas estandarizadas que involucran la memoria y el intelecto y permiten que los investigadores evalúen y comparen cómo reaccionan las personas a las situaciones estresantes.
Finalmente se tomó otra ronda de muestras para determinar el efecto de esta experiencia, y al día siguiente se pidió a los participantes que hablaran acerca de lo que habían leído.
Los resultados sorprendieron a los investigadores.
«Aunque las noticias por sí solas no aumentaron los niveles de estrés sí hicieron que las mujeres fueran más reactivas con un efecto en sus respuestas fisiológicas a situaciones estresantes más tarde», explicó Marin.
Las investigadoras descubrieron esto cuando vieron que los niveles de cortisol en las mujeres que habían leído noticias negativas eran más altas después de la parte «estresante» del experimento, comparados con los niveles de las mujeres que habían leído noticias neutrales.
«Además las mujeres pudieron recordar más detalles de las noticias negativas», añadió. «Es interesante notar que no observamos este fenómeno entre los hombres».
Las investigadoras creen que esto puede ser resultado de la evolución: el énfasis en la supervivencia de las crías puede haber afectado el sistema de estrés femenino haciendo que las mujeres sean más empáticas.
Esta teoría, señala el artículo, podría explicar por qué las mujeres pueden ser más susceptibles a las amenazas indirectas.
«Deberían hacerse más estudios para entender mejor cómo el género, las diferencias generacionales y otros factores socioculturales afectan nuestra experiencia, como individuos, de la información negativa que nos rodea permanentemente», dijo Marin.
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