“Me revelé, le cuestioné a mi papá por qué nada más mis hermanos volaban si yo también quería hacerlo, y descubrí que el chiste de volar no es subirse, sino aventarse del palo”, son las palabras de Maribel, una indígena de la región del Totonacapan, quien junto con otras mujeres decidió desafiar su destino y dar un giro a las costumbres y tradiciones de su cultura.

         Otra mujer, María Bethi Rodríguez Aragón, académica de la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana (UV), ha dedicado más de 20 años de su vida a estudiar la región del Totonacapan, y dada su vasta experiencia en el tema fue invitada a participar en el proyecto de investigación Estado del desarrollo económico y social de la región Totonaca, que impulsa el Programa Universitario México Nación Multicultural, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

         José del Val Blanco, director del Programa Universitario, le encomendó desarrollar el Capítulo XIII “Relaciones de género” del primer tomo –de dos– de la citada obra editorial.

En 50 cuartillas, Rodríguez Aragón plasmó una síntesis de las investigaciones que ha realizado durante más de dos décadas en el Totonacapan.

Cabe recordar que en 2010 la académica publicó el libro Las mujeres totonacas en Veracruz. Perspectiva generacional de su cuerpo, sexualidad y relaciones de género, y en 2012 concluyó la segunda parte, intitulada Masculinidades indígenas totonacas. Cambios generacionales, mismo que saldrá a la luz en febrero próximo.

En entrevista, la académica detalló que en las mujeres que oscilan entre los 80 años de edad y en las regiones más alejadas del Totonacapan todavía se identifican prácticas como el incesto, la poligamia, la poliginia, el casamiento por la fuerza, el robo de mujeres, incluso su venta o intercambio por un animal, terreno o cosecha.

No obstante, aclaró, las poblaciones indígenas no están sumidas o estancadas: “Hay cambio y son generacionales”.

         Factores como la educación escolar y la migración han impulsado que las mujeres no se sometan a determinadas costumbres, como las antes mencionadas.

         A manera de ejemplo, mencionó que en la cultura Totonaca hay tradiciones “muy masculinas” como la danza de los voladores, considerada prohibitiva para las mujeres. Ni siquiera los hombres que iban a ejecutar este ritual podían tener relaciones sexuales con sus respectivas parejas dos semanas antes, pues existía la creencia de que les ocasionaría algún accidente.

         Sin embargo, a la fecha hay mujeres que interpretan la danza. La antropóloga estudió detalladamente la vida de cuatro de ellas, consideradas las primeras de su municipio, Zozocolco de Hidalgo, de edades que oscilan entre los 18 y 25 años.

         Además del testimonio de Maribel, la académica rememoró el de Carmen Alejandrina: “Cuando volé (por primera ocasión) mi papá casi me golpea, me dijo que estaba loca”.

         La entrevistada destacó: “Ya están volando. Creo que ahorita ya van a formar una escuela mixta de voladores en Papantla. Eso me da índice de que los totonacos no están estancados. Hay cambios y estos cambios son generacionales”.

         Si bien hay costumbres que se van modificando de manera favorable, como la incursión de las mujeres en danzas ancestrales; otras sufren degradaciones, como el ritual para cortar el palo volador, árbol que está prácticamente en extinción. Este asunto también se plantea en el proyecto editorial.

         “Antes había que ir con toda una ceremonia de pagar a la tierra. Hacer una serie de cosas para pedir permiso, porque esto de volar es una ceremonia de tipo religioso. Es un culto a la fertilidad de la tierra. Pero ahora la modernidad impone un palo de metal en el atrio de la iglesia de Papantla o en El Tajín. Entonces el ritual de cortar el palo ya se acabó. Se sigue haciendo en los poblados más apartados.”

La académica analiza el asunto de la violencia doméstica en las familias totonacas, misma que se reproduce de generación en generación porque “pareciera que es natural, que así debe ser”.

Otro tema que desmenuza cuidadosamente e inserta en este concepto de cambio generacional es el de la virginidad.

En el  proyecto Estado del desarrollo económico y social de la región Totonaca participan especialistas en el tema de distintas instituciones como la UV, la Universidad Veracruzana Intercultural, el Archivo Histórico de Santa María Papantla, la Academia Veracruzana de las Lenguas Indígenas, el Centro Universitario Regional de Totonacapan, el Consejo Nacional de Fomento Educativo y la Unidad Regional de Culturas Populares.

         El primer tomo, donde participa la entrevistada, está integrado por los siguientes capítulos: I El pueblo totonaco; II El horizonte de sentido: La Cosmovisión; III La dinámica sociodemográfica; IV La dulce lengua Tutunakú y las variantes dialectales; V Recursos naturales y desarrollo sustentable; VI La economía y reproducción social; VII La situación agraria y conflictos sociales; VIII La educación indígena; IV La situación de la salud de los totonacas, y X Movilizaciones internas y migración internacional.

Así como el XI Conflictos y movimientos sociales; XII Sistemas normativos y procuración de justicia; XIII Relaciones de género; XIV Medio de comunicación. Además de un anexo documental donde hay indicadores socioeconómicos, fuente bibliográficas, entre otras informaciones.

         El segundo tomo está centrado en el arte de ser totonaca desde distintos ámbitos como la palabra, la interculturalidad y la educación.

Se espera que la obra se publique en los últimos meses del presente año.

La mujer y los cambios culturales en el Totonacapan

Fotografía: Sectur, Boletín Perspectiva de Género

 

María Bethi Rodríguez Aragón

María Bethi Rodríguez Aragón

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