El hemisferio sur representa un reto para los investigadores. Sus extensos océanos, el hielo antártico y sus desiertos hacen que, además de que ya de por sí recopilar datos acerca del clima actual sea una tarea especialmente ardua, mayor dificultad suponga aún compilar datos del clima pasado.
No obstante, para entender los mecanismos del sistema climático es preciso disponer de reconstrucciones multi-seculares del clima en el pasado, que se obtienen a partir de archivos proxy como los de los anillos de los árboles, o los sedimentos depositados en lagos, corales y testigos de hielo.
A lo largo de los últimos años un equipo de investigación internacional, coordinado por Raphael Neukom del Centro Oeschger de la Universidad de Berna y del Instituto de Investigación Suizo WSL, ha realizado un esfuerzo conjunto para obtener y analizar nuevos datos que proporcionen indicios acerca de las variaciones del clima en el hemisferio sur.
Hasta ahora, las estimaciones a tan largo plazo del clima en el pasado se basaban, casi exclusivamente, en datos procedentes del hemisferio norte. El trabajo se publica en la revista Nature Climate Change.
Climatólogos de Australia, expertos de la Antártida, así como modelizadores de América del Norte y el Sur y de Europa, han participado en el proyecto. Estos investigadores han conseguido reunir datos climáticos de más de 300 emplazamientos, y han aplicado una amplia variedad de metodologías para estimar las temperaturas en el hemisferio sur a lo largo de los últimos 1.000 años. En un 99,7% de los resultados obtenidos, la década más cálida del milenio tuvo lugar después de 1970.
Los científicos utilizaron 277 registros terrestres y 48 marinos del hemisferio sur para reconstruir las fluctuaciones de la temperatura para los años 1000-2000 y se compararon estos con las reconstrucciones del hemisferio norte publicadas y el registro instrumental desde 1850. Los autores hallaron que el hemisferio norte tuvo un mayor rango de variación de la temperatura, en comparación con el hemisferio sur, durante los años 1000-1850 .
«Las diferencias inter-hemisféricas del clima en las próximas décadas podrían ser mayores que lo que los modelos estiman en la actualidad. Esto tendrá implicaciones para las simulaciones de cambio climático que hagamos en el futuro. Es un ejemplo de cómo los estudios paleoclimáticos pueden contribuir a la evaluación de las herramientas que utilizamos para estimar la evolución del clima en el futuro», declara Fidel González-Rouco, investigador de la UCM y coautor del estudio.
Naturaleza caótica del clima
Sorprendentemente, solo en dos ocasiones a lo largo del último milenio los dos hemisferios mostraron temperaturas extremas de manera simultánea. Una de estas dos situaciones se corresponde con un periodo frío a escala global que se produjo durante el siglo XVII; la otra ocasión está teniendo lugar durante la actual fase de calentamiento, en la que se registran a escala global extremos de temperaturas cálidas ininterrumpidamente desde los años 70.
«El periodo cálido medieval, tal y como puede identificarse en diversas crónicas europeas, fue un fenómeno a escala regional», señala Raphael Neukom. «Durante ese mismo periodo, las temperaturas del hemisferio sur no fueron anómalas».
Los investigadores atribuyen estas importantes diferencias entre los climas de las distintas regiones del globo a lo que se conoce como variabilidad interna. Este concepto hace referencia a las interacciones de naturaleza caótica entre los océanos y la atmósfera que tienen lugar en el sistema climático, y que pueden inducir cambios de temperatura tanto de un signo como de otro.
Las diferencias de dichas fluctuaciones de temperatura a escala regional resultan ser mayores de lo que se pensaba hasta ahora.
Los científicos han descubierto que la mayoría de los modelos climáticos no pueden reproducir satisfactoriamente las diferencias considerables que existen entre los climas de ambos hemisferios. Los modelos infraestiman el papel que desempeña la variabilidad interna, en comparación con la respuesta del clima a los factores de forzamiento externo, tales como la radiación solar, las erupciones volcánicas o las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el hombre.
Referencia bibliográfica:
Raphael Neukom et al. «Inter-hemispheric temperature variability over the past millennium» Nature Climate Change 4 de abril de 2014. DOI: 10.1038/nclimate2174.