La desmesurada normatividad que impone el Estado a las universidades públicas impide el ejercicio efectivo de su autonomía, coincidieron en señalar académicos durante el Coloquio sobre la Autonomía Universitaria celebrado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El doctor Romualdo López Zárate, rector de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), refirió la dificultad para ejercer el presupuesto de las casas de estudio dado los numerosos reglamentos y disposiciones que lo tienen “copado” y que son de mucho menor nivel que la disposición constitucional donde se garantiza el derecho de las instituciones de educación superior a administrar su patrimonio.
“Para dar de baja o comprar bienes tenemos que hacer una desmesurada serie de trámites que nos quitan bastantes horas que podríamos dedicar a la docencia y la investigación”, afirmó durante la mesa Autonomía y poder. Intervencionismo estatal. Libertad de cátedra e investigación.
“En todas las universidades públicas autónomas estamos convencidos de que es necesario y justo que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) nos realice auditorías… pero éstas parecen estar encaminadas a ver si seguimos procedimientos establecidos para instituciones que no son autónomas”, señaló el doctor López Zárate.
El rector de la Unidad Azcapotzalco hizo votos por encontrar un sano límite entre las normas dictadas por el Estado y la autonomía universitaria.
El doctor Roberto Rodríguez, adscrito al Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, apuntó que la reforma a la administración pública, la transición democrática y el federalismo fiscal han dado lugar a un Estado con énfasis en las funciones de contraloría.
Esto origina un sistema de pesos y contrapesos, balances y funciones diferenciadas, vigiladas por instancias como la Secretaría de la Función Pública y la Auditoría Superior de la Federación (ASF), que embulle a la universidad autónoma en una desproporcionada red de trámites que paraliza sus funciones primordiales.