Los adultos, el obstáculo para la participación de los niños en la construcción de la democracia

México, D.F.- En el Palacio Legislativo de San Lázaro inició este lunes el Octavo Parlamento de las Niñas y los Niños, en el que durante cinco días alrededor de 300 estudiantes del quinto grado de primaria de todo el país, simularán ser diputados. NOTIMEX/FOTO/GUILLERMO GRANADOS/GGV/POL/


El reto para lograr la participación de los niños y niñas en la construcción de la democracia, está en el trabajo con los adultos, quienes no han hecho suyos los espacios de participación pues se sienten amenazados o simplemente no saben cómo crear nuevos, consideró el psicólogo Juan Martín Pérez García,director de la Red por los Derechos de la Infancia en México.

En el Foro La participación de niñas, niños y adolescentes. ¿Un derecho posible?, organizado por el Programa Infancia de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), indicó que se deben conformar espacios institucionales que hagan posible la participación infantil donde se sientan seguros y no intimidados por una visión “adultocéntrica”.

Pérez García señaló que para lograr la participación infantil hay que vencer prejuicios, uno de ellos es que existe la idea de propiedad de las familias sobre los niños, lo cual incide en el diseño de las políticas públicas, en las que se asume que todo es responsabilidad de la familia y el Estado solo interviene cuando hay víctima o victimario.

Se considera que los niños y niñas son incapaces de dar su punto de vista, porque no son adultos, entendiendo esto como el poder y la experiencia sobre el mundo, por lo que se valoran sus aportes en función de los adultos y existe el supuesto de que son manipulados al momento de opinar, añadió.

La doctora Yolanda Corona Caraveo, cofundadora del Programa Infancia de la UAM, cuestionó quién define y en qué términos se hacen los espacios de participación para los niños. Los escenarios en sí mismos son intimidantes y los niños no pueden mostrar todas las capacidades que tienen.

Se debe considerar lo que se conoce como “espacios invitados” o los espacios  populares que los sujetos tienen para participar de manera natural y que se deben considerar para que se promueva la participación para ir más allá del diálogo y lograr la deliberación de niños y adolescentes.

El diálogo debe ser intergeneracional, pero los niños lo ven como un espacio de ejercicio de poder y se cuestionan el para qué de participar. Por otra parte cuando se han llevado a cabo ejercicios de participación no se le da seguimiento y esto es una forma de opresión por parte de las instituciones.

Ambos reconocieron que un espacio importante de vinculación intergeneracional es el ciberespacio, donde los niños se sienten con libertad de expresarse y al que los adultos deben aprender a acceder para lograr esta interacción y abordar temas como el de la violencia que nos aqueja y que deber ser explicada.

El Foro La participación de niñas, niños y adolescentes. ¿Un derecho posible? se organizó para analizar el estado de la participación infantil y de la adolescencia en México y reconocer los desafíos para un ejercicio efectivo de ese derecho. En el encuentro participaron especialistas en la materia y organizaciones como Acude Hacia una cultura democrática A.C; Colectivo para el Desarrollo Educativo Albanta S.C., e Incidencia Civil en la Educación, entre otras dedicadas al trabajo en favor de la  infancia.

(UAM)

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