Paola Cortés Pérez
Xalapa, Ver.- Los filósofos tienen que dejar de lado sus egos para empezar a dialogar entre ellos y después con otras disciplinas –que no sean exclusivamente las humanísticas– para dar solución a los retos del siglo XXI, de lo contrario desaparecerá la filosofía en México, advirtió Alicia Colot Villarreal, durante la conferencia “Filosofía analítica: entre nuestro presente y su futuro”, en la Universidad Veracruzana (UV), como parte de las charlas que organiza el Círculo Analítico de Xalapa (CAX) en coordinación con la Consejería Estudiantil de la Maestría en Filosofía.
A lo largo de su presentación, la también evaluadora del Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior (Ceneval), presentó un panorama del programa educativo de la Licenciatura de Filosofía en el país y de los filósofos mexicanos.
Un filósofo, resaltó, es alguien que conscientemente ve, escucha, percibe, oye, vive, sospecha, sueña cosas extraordinarias; es apasionado, deseoso de que le pasen cosas, que se sorprende todo el tiempo, es demasiado curioso y terco.
Apuntó que el gobierno mexicano destina los recursos humanos a disciplinas que tienen altos índices de productividad, de ahí que cada vez sea menor el recurso destinado a programas educativos del área de humanidades porque se pregunta que producen de beneficio para el país, en el caso de la Filosofía cabría la interrogante ¿qué producen los filósofos?, destacó.
“Es un país donde los presupuestos van a la baja porque hay una crisis multidimensional que ocasiona que la poca inversión en educación superior se destine a otras carreras menos las humanísticas.”
¿Tienen futuro los filósofos?
De acuerdo a estadísticas del Consejo Nacional para la Ciencia y la Tecnología (Conacyt), en el país se tienen registrados 18 mil 45 filósofos: 11 mil 757 trabajan, cuatro mil 545 estudian un posgrado y 818 están desocupados (no hacen nada).
En México, 82 universidades imparten la Licenciatura en Filosofía; siete mil 843 actualmente estudian la disciplina, ya sea nivel licenciatura o posgrado.
Alicia Colot mencionó que el 27.1 por ciento de los filósofos mexicanos trabaja en servicios educativos; el 17 por ciento, en servicios profesionales, científicos y técnicos; el 9.4 por ciento, en transportes, correos y almacenamiento. El 64 por ciento es subordinado; 34 por ciento trabaja por cuenta propia; uno por ciento, trabaja sin recibir pago; y el 0.7 por ciento es empleador.
En cuanto al salario que perciben, expuso que en promedio ganan siete mil 843 pesos al mes, pero si tienen estudios de posgrado incrementa a 12 mil 995 mensualmente.
Ante este panorama estadístico, dijo que esto muestra que los filósofos en México sobreviven porque necesitan trabajar, “no pueden ser libres, no pueden ser apasionados para ejercer la disciplina”.
Resaltó que los filósofos tienen la gran virtud de crear sus propios caminos porque son seres libres y creadores, pero ahora están enfocados en un pleito entre ellos, si son hermeneutas, posmodernos, analíticos, sí lo que hacen es filosofía o no; esto les ha impedido entrar en un diálogo fructífero con la sociedad.
“El país en el que vivimos no nos ayuda mucho a que tratemos de resolver los problemas citando a los grandes filósofos, la sociedad está hecha un caos, llena de problemas y falta de valores, necesita soluciones y no grandes tratados filosóficos.
”Cómo es posible que los filósofos no digan nada sobre la violencia, no hay una postura ética. ¿No hay nada que los filósofos éticos pueden decir y proponer para que esta violencia deje de ocurrir?”
Aseguró que los filósofos tienen un gran campo de trabajo, sólo deben controlar el ego y la vanidad que es común denominador entre quienes estudian y ejercen esta disciplina, “deben mostrar lo que hacen, mientras estén encerrados en sus cubículos y sólo su círculo de amigos los conoce, eso no les servirá de nada al país”.
Reiteró que si quieren que la filosofía tenga futuro, deben abrir nuevas rutas para el desempeño de los filósofos, deben mostrar que hacen cosas de impacto para la sociedad y el país.
Por último, expuso algunas recomendaciones para que el filósofo sobreviva hoy y en el futuro: “Debe ser apasionado en lo que hace; curioso y libre; ser capaz de inventar nuevas rutas y resolver problemas que otras disciplinas no pueden; no ser historiadores de la filosofía; buscar la verdad, y mejorar el mundo a través de la creación de ideas y soluciones”.