Algunos peces se enfrentan mejor a las temperaturas más altas del mar provocadas por el cambio climático con el paso de generaciones. Aunque esa capacidad de la descendencia ya era conocida, hasta ahora los investigadores no sabían cómo se producía.
Científicos de la Universidad James Cook (Australia) han resuelto este misterio. Al identificar 53 genes clave de peces de arrecife de coral, que intervienen a largo plazo, el equipo ha determinado cómo estos genes contribuyen a la aclimatación multigeneracional a las temperaturas más altas.
“Nos encontramos con niveles más altos de actividad metabólica de los genes en la segunda generación de peces expuestos a la misma temperatura respecto a la misma prueba para los de primera generación”, explica Heather Veilleux, líder del estudio que se publica enNature Climate Change.
Según el trabajo, los genes de la segunda generación, responsables de la respuesta inmune y del estrés, también tuvieron una mayor respuesta con el aumento de temperaturas.
“Esto indica que los cambios en la producción de energía son fundamentales para mantener el rendimiento a temperaturas más altas”, concluye Veilleux.
Algunos peces se enfrentan mejor a las temperaturas más altas del mar provocadas por el cambio climático con el paso de generaciones. Aunque esa capacidad de la descendencia ya era conocida, hasta ahora los investigadores no sabían cómo se producía.
Científicos de la Universidad James Cook (Australia) han resuelto este misterio. Al identificar 53 genes clave de peces de arrecife de coral, que intervienen a largo plazo, el equipo ha determinado cómo estos genes contribuyen a la aclimatación multigeneracional a las temperaturas más altas.
“Nos encontramos con niveles más altos de actividad metabólica de los genes en la segunda generación de peces expuestos a la misma temperatura respecto a la misma prueba para los de primera generación”, explica Heather Veilleux, líder del estudio que se publica enNature Climate Change.
Según el trabajo, los genes de la segunda generación, responsables de la respuesta inmune y del estrés, también tuvieron una mayor respuesta con el aumento de temperaturas.
“Esto indica que los cambios en la producción de energía son fundamentales para mantener el rendimiento a temperaturas más altas”, concluye Veilleux.
(SINC)