Los seres humanos construyen, consciente o inconscientemente, su vulnerabilidad a los fenómenos meteorológicos, aseguró Estela Guadalupe Enríquez Fernández, académica de la Licenciatura en Geografía de la Universidad Veracruzana (UV).
“¿Quiénes son las personas que por política, por tener grupos a favor de ellos, permitieron que familias se establecieran justamente en los cauces o en la llanura de los ríos? ¿Quiénes, en vez de construir en otro lugar para reponerles los bienes, les permiten que sigan haciéndolo en esas zonas que son propiedad del río? Aquí es donde tenemos que ver que nosotros estamos construyendo, consciente o inconscientemente, nuestra propia vulnerabilidad.”
La académica impartió la conferencia “Los riesgos y la determinación como parte del quehacer geográfico”, en el marco del foro de aniversario “Ocho años de la Licenciatura en Geografía”, que se realizó el 9 de agosto en la Facultad de Economía, entidad a la que está adscrita la Licenciatura en Geografía.
Ante alumnos –principalmente de nuevo ingreso–, destacó que uno de los quehaceres del geógrafo consiste en calcular los riesgos, a partir de los peligros y la vulnerabilidad de las personas ante fenómenos meteorológicos como huracanes, tormentas y nortes.
En ese tenor, señaló que “el desconocimiento es la causa de muchas tragedias” y que si bien hay quienes sostienen que la vulnerabilidad está determinada en gran parte por la pobreza, “yo creo que ése es un discurso un tanto demagógico, es cierto que afecta mucho a los pobres, pero más que nada es una situación de desconocimiento y de la responsabilidad que tengamos (los geógrafos) de elaborar buenos mapas, de indicar dónde está el riesgo”, dijo ante los alumnos.
La académica explicó que los riesgos son una interrelación entre lo que son los peligros y la vulnerabilidad. El gran problema conceptual es que a menudo se confunde entre la opinión pública lo que es un riesgo y un peligro; por otro lado, es reiterativo que se hable de vulnerabilidad, cuando se trata de riesgos, apuntó.
“Un peligro es la probabilidad de ocurrencia de un fenómeno que es potencialmente dañino –como las tormentas tropicales, ciclones, deslizamientos, derrumbes.”
Para saber si un fenómeno es peligroso se consideran elementos como la frecuencia o la intensidad con la que se presentan, añadió.
“La vulnerabilidad es el grado de exposición que la población tendrá en sus bienes, infraestructura e integridad física, con respecto a lo que son los peligros.”
Un ejemplo es que si se forma un huracán nivel cinco en el océano, tendremos una vulnerabilidad cero, porque no hay población, y por consecuencia, tampoco peligro, mencionó.
“Por eso es importante que nosotros ubiquemos qué tan lejos o cerca nos encontramos de cada uno de los fenómenos que son potencialmente peligrosos. Ahí es donde vamos a empezar realmente a ubicar que nuestro quehacer como geógrafos tiene una responsabilidad moral y personal muy importante. Tenemos que evaluar que lo que estemos dando como dato en un atlas de riesgos va a tener repercusiones graves en personas”, puntualizó la académica.