Un grupo interdisciplinario de quince investigadores de diferentes ramas de las ciencias sociales y médicas realizaron seis estudios sobre las conductas, el conocimiento y las actitudes de la población de Costa Rica acerca de la infección por el VIH-Sida. Los métodos de prevención y otros factores asociados como la violencia, el lugar de residencia y la condición socioeconómica del grupo en estudio también fueron analizados por los especialistas bajo la guía técnica y metodológica del Centro Centroamericano de Población (CCP) de la Universidad de Costa Rica.
Los trabajos que fueron presentados esta semana se basan en la información aportada por la Encuesta de Salud Sexual y Reproductiva que se realizó en el año 2010, y contaron con el auspicio de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), a través del Proyecto MEASURE Evaluation.
Para el director del Centro Centroamericano de Población Dr. Arodys Robles, estos estudios sobre el VIH-Sida tienen el propósito de contribuir a orientar políticas públicas para la prevención y promoción de estilos de vida saludables (foto Anel Kenjekeeva).
Uno de los temas desarrollados fue el Conocimiento comprensivo sobre el VIH en personas jóvenes en Costa Rica cuya autora fue la desarrollista social Johanna Arce Sancho, quien labora para el Consejo Nacional de la Persona Joven.
Esta investigación concluyó que la mayoría de las personas jóvenes, es decir entre 15 y 35 años, no identifican de manera correcta las formas de prevalencia y transmisión del VIH y no rechazan las principales ideas erróneas sobre la transmisión del virus.
Al respecto la especialista Arce detalló que se le presentó a los 1222 jóvenes encuestados cinco afirmaciones, dos verdaderas y tres falsas. La primera afirmación fue que si se tiene una sola pareja sexual fiel y no infectada se reduce el riesgo de contraer el VIH-Sida, y la segunda que se puede reducirse el riesgo de contraer la infección si siempre se usa preservativo. Más del 90% respondieron correctamente.
Más el 50% de los jóvenes entre 15 y 35 años entrevistados creen que el VIH-Sida se transmite por el sudor, la saliva o la picadura de un mosquito.
Sin embargo cuando se les preguntó si la persona que tiene VIH muestra un aspecto enfermizo, que el VIH puede transmitirse por medio de la picadura de un mosquito o por el contacto con la saliva o el sudor el 50 % de los consultados dijeron que era verdad.
Entonces, debido a que el 75% de esta población no tiene conocimiento comprensivo, sobre la prevención y transmisión del VIH el estudio hizo varias recomendaciones para difundir información en diferentes segmentos de la población joven.
Los datos de la encuesta también revelaron que las fuentes de información de los jóvenes son los amigos, la pareja, los medios de comunicación y la madre, pero cuando se les pregunta sobre cuáles serían las fuentes ideales de información identifican a los padres, educadores y profesionales en salud.
La mayoría de los jóvenes se informan con amigos o su pareja sobre la transmisión del VIH-Sida.
Un dato positivo es que el 81% de los jóvenes encuestados conocen los lugares para realizarse la prueba del VIH.
Sobre estos temas la escolaridad y la zona de residencia marcan la diferencia, es decir, los que menos información tienen son las personas con menos escolaridad que viven en zonas rurales.
Mujeres vulnerables
Los resultados del estudio Factores de vulnerabilidad al VIH-Sida en las mujeres costarricenses sexualmente activas, elaborado por los psicólogos Daniel Fernández Fernández y Luis Alonso Venegas Hernández, muestra que el nivel educativo, la edad, el lugar de residencia y el estado conyugal son variables que inciden en el riesgo para las mujeres con respecto a la infección con el virus.
La población del área urbana con mayor escolaridad y en edades entre los 20 y 29 años son quienes tienen un puntaje más alto en el Índice de conocimiento sobre el VIH-Sida en Costa Rica.
Los psicólogos concluyeron que las mujeres entre más jóvenes son utilizan menos protección cuando tienen relaciones sexuales. Que el condón se utiliza menos en las relaciones estables y conforme aumenta la edad de las mujeres. Además que el 15% de las mujeres encuestadas no participan en la decisión de tener relaciones sexuales. Este porcentaje crece al 39% cuando se trata de mujeres mayores de 50 años. Los investigadores lo atribuyen a un asunto generacional.
Otro de los aspectos analizados fue el Efecto de la violencia sexual en el riesgo de contagio del VIH, estudio que estuvo a cargo de las estadísticas María Fernanda Alvarado Leitón y Alejandra Arias Salazar, y del estudiante de Medicina Fernando Jiménez Gómez. Al respecto las autoras y el autor concluyeron que la violencia sexual, tanto verbal y gestual, más que la física o por sumisión, influye en las prácticas sexuales, tanto en zonas rurales como urbanas.
Adicionalmente se identificó que los hombres menores de 30 años que viven en zonas urbanas tienen más probabilidades de presentar conductas riesgosa para la infección del virus y que las mujeres son las mayores víctimas de la violencia. No obstante en Costa Rica de cada cuatro hombres hay una mujer infectada.
La violencia verbal, gestual, sexual y por sumisión la sufre en su mayoría la mujer, según este gráfico.
Estas conductas de riesgo se refieren a tener sexo sin usar sistemáticamente el condón y tener más de una pareja sexual. Estas prácticas disminuyen conforme aumenta la edad y se mantienen estables alrededor de los 30 años.
Un resultado paradójico es que a mayor conocimiento sobre el VIH-Sida, hay mayor riesgo de infección con el virus. Para María Fernanda Alvarado esta contradicción se debe a que “al tener una prevalencia baja las personas no miden el riesgo de contagio, entonces su conocimiento no necesariamente refleja su comportamiento”.
Prueba del VIH y uso del condón
También se estudiaron los Factores determinantes de la realización de la prueba de VIH en Costa Rica por parte de la demógrafa Carolina Santamaría-Ulloa y del médico Juan Carlos Valverde Muñoz. En este caso la población en estudio fue entre los 15 y 80 años y solo un 7.6% se había realizado la prueba del VIH en el último año. Además en los hombres los comportamientos de riesgo no determinan la realización de la prueba, más bien su realización se asocian con un mayor nivel educativo y con la edad. Los hombres de zona urbana y de mayor nivel educativo entre 25 y 49 años tienen mayor probabilidad de uso de la prueba, según los resultados.
Más del 70% de la población encuestada no utiliza un método de barrera como anticonceptivo, solo una cuarta parte de la población usan el condón que además de anticonceptivo protege de la transmisión del virus del Sida.
La prevalencia del VIH-Sida en Costa Rica es de un 0,1 por cada 100 mil habitantes y en la población de hombres que tienen relaciones con hombres la prevalencia es del 11%.
Lo que condiciona a una persona a realizarse la prueba de VIH es en mayor medida: tener predisposición a la infección (sexo, edad, estado conyugal), estar embarazada (se realizan la prueba por protocolo médico) y la autopercepción del riesgo (28% de la población se percibe en alto riesgo).
Un 70% de la población en Costa Rica nunca se han realizado la prueba de VIH, del 30% que si lo han hecho solamente un 10% lo hicieron en el último año, según la encuesta del 2010. De todas las personas que se han realizado la prueba un 92% conocen el resultado y un 8% desconocen su estado serológico.
El 72% de la población de Costa Rica nunca se ha hecho la prueba del VIH-Sida.
Asimismo, el Uso correcto y sistemático del condón en Costa Rica fue establecido en el estudio de la historiadora Natalia Carballo Murillo, de la trabajadora social Julieta Campos y de la médica y cirujana Victoria Sánchez, como una conducta asociada al sexo de la persona, la edad, el estado civil, el nivel de escolaridad y al estado conyugal. Uno de los resultados más reveladores es que en la población consultada, entre los 15 y los 80 años con una vida sexual activa, el condón casi nunca se utiliza en forma sistemática, lo usan en mayor medida los hombres jóvenes con mayor nivel educativo y en el caso de las mujeres, si lo usan solo un 26% se fijan si está vencido o lubricado.
Otro resultado del estudio se refiere el uso del condón en las relaciones orales que es mayor entre los hombre y las mujeres solteras. Pero su uso es más frecuente en las relaciones vaginales que en las orales.
Finalmente la Adopción del condón masculino como método de planificación y de prevención del contagio del VIH, investigación a cargo de la estadística Alejandra González Gómez y del sociólogo Adrián Barrientos Esquivel, concluye que los hombres son los que más deciden usar el preservativo, también las personas que aún desean tener hijos, quienes tienen múltiples parejas sexuales o que sostienen relaciones ocasionales. Un hallazgo importante es que todavía un porcentaje de la población omite algunos elementos primordiales en el uso correcto del condón y que quienes lo usan como método anticonceptivo y profiláctico en forma exclusiva, aún así, no lo utilizan en todas las relaciones.
En este estudio se determinó que el 70,9% utilizan métodos anticonceptivos modernos (inyección, pastillas, etc); un 24,9% usan el condón y el 4,2% planifican con el método tradicional.
Las razones que dio la población en estudio para usar el condón como método anticonceptivo fueron: el 41,1% dijo que por ser muy efectivo, el 40,5% manifestó que es fácil de usar, el 26,7% porque previene el VIH-Sida y el 21,7% por recomendación médica.
Las razones para no usarlo el preservativo fueron: por es incómodo, porque reduce el placer, porque no lo tuvo a mano, porque su pareja no quiso usarlo o porque usa otro método anticonceptivo.
Recomendaciones que se derivan de los seis estudios | |
Los resultados de estos estudios podrán servir para que instituciones estatales y organizaciones vinculadas con la salud sexual y reproductiva puedan conocer los aspectos vulnerables de cada género, condición y área geográfica de la población con respecto a la infección por el VIH-Sida y a su vez tomar medidas que fomenten la educación y los cambios de hábitos para prevenir el contagio de esta enfermedad de transmisión sexual.
Los estudios, basados en la Encuesta de Salud Sexual y Reproductiva acerca del conocimiento que tiene la población sobre el VIH-Sida, la formas de prevenirlo y sus hábitos para evitar la infección arrojaron varias recomendaciones para elaborar políticas públicas que favorezcan la educación y la prevención. Algunas de estas recomendaciones son: Hacer campañas preventivas e informativas para la población joven en especial los hombres que vienen en zonas rurales, para quienes viven en pareja y quienes están fuera del sistema educativo. Recalcar que el condón es un método anticonceptivo de barrera tanto para prevenir un embarazo como una enfermedad de transmisión sexual, mientras que los métodos modernos como inyecciones o pastillas no previenen el VIH. Realizar una campaña para que la población de riesgo se practique la prueba tradicional, indicar en qué lugares se puede hacer esta prueba en forma confidencial y en dónde pueden hacerse una prueba rápida. Dar consejería a la población en riesgo y recordar las razones por las cuales es importante realizarse la prueba del VIH: porque en caso de que salga positiva se puede iniciar cuanto antes un tratamiento, o bien para prevenir la infección a la pareja o a los hijos en caso de un embarazo. |