Los metadatos que se desprenden a través de nuestros dispositivos móviles cuando hablamos o enviamos un mensaje aportan más detalles sobre nuestra vida privada de lo que muchos desearían. Investigadores de la Universidad de Stanford (EE UU) demuestran que un análisis sencillo de esta microinformación permite averiguar el origen de una persona o su afiliación religiosa.
“Confirmamos científicamente la falta privacidad en nuestras conversaciones”, aseguran los investigadores
Para investigar las propiedades de privacidad de los metadatos, el equipo liderado por el profesor Patrick Mutchler instaló una aplicación para smartphones Android a 823 voluntarios. En total, registraron más de 250.000 llamadas, un millón de mensajes de texto y accedieron a las cuentas de Facebook de los participantes.
Los resultados –publicados hoy en la revista PNAS– apuntan a que la Administración Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés) pudo registrar datos sobre la mayor parte de la población estadounidense a través de un registro de llamadas hasta 2013 de forma legal. “En términos generales, confirmamos científicamente la falta privacidad en nuestras conversaciones”.
¿Qué saben de alguien por lo que habla?
“En los Estados Unidos, la NSA ha utilizado un programa especialmente controvertido para recoger los metadatos”, aseguran los autores. La autoridad de inteligencia estadounidense tiene acceso hasta 25.000 números a partir de uno que sea considerado sospechoso.
Resultó sencillo predecir el estado de salud o afiliación religiosa de los voluntarios
Los autores fueron capaces identificar los números exactos de teléfonos a partir de esta información que se esconde detrás de la conversación y del hardware del dispositivo.
“El contenido de las conversaciones y los metadatos que se desprenden de ella están muy interconectados y es relativamente fácil recomponer las llamadas con ellos”, remarcan los expertos. “La localización y la relación entre los interlocutores se infieren de forma automática, pero además se pueden determinar rasgos altamente sensibles”. Durante el experimento, observaron que es sencillo predecir aspectos más personales de los voluntarios como su lugar de origen, estado de salud o afiliación religiosa.
Esta investigación confirma que la recolección de metadatos de las conversaciones telefónicas tiene un impacto significativo en la vida privada. “Este proyecto debe hacer reflexionar a los políticos antes de autorizar este tipo de programas”, advierten los investigadores.
Referencia bibliográfica:
Jonathan Mayera, Patrick Mutchlera and John C. Mitchella. “Evaluating the privacy properties of telephone metadata”. PNAS. 16 de mayo de 2016.