La economía y la seguridad alimentaria de las islas del Pacífico, aisladas en pleno centro del océano, depende en gran medida de la pesca. Sin embargo, el calentamiento global del planeta va a disminuir considerablemente en las próximas décadas los recursos de peces a los que tienen acceso. Esto es lo que revela, en la revista Nature Climate Change, un estudio del IRD, de la Secretaría General de la Comunidad del Pacífico (CPS) y de sus colaboradores franceses, australianos y americanos. Según las previsiones climáticas del GIEC, la cantidad de peces en los arrecifes coralinos, esenciales para la alimentación de los habitantes, podría haber disminuido en un 20 % para el año 2050.

Los atunes escapan hacia el este

Los investigadores han estudiado la respuesta de la biomasa en peces ante el cambio climático en el Pacífico, según las previsiones del grupo de expertos intergubernamental sobre la evolución del clima (GIEC). En particular, la pesca del bonito, peces de la familia de los túnidos que supone el 90 % de las capturas, se verá muy afectada. Según los modelos calculados, la elevación de la temperatura de las aguas de superficie, mayor en el oeste de la cuenca oceánica, provocará la migración de los atunes hacia la Polinesia situada al este. Esto alejará las zonas de captura de las costas melanesianas, de las islas Salomón o de Papuasia-Nueva Guinea. El éxodo de estos atunes fuera de las aguas territoriales de estos países representa una gran pérdida económica. Los derechos de pesca que pagan las grandes compañías pesqueras internacionales constituyen para los pequeños estados insulares una importante fuente de ingresos.

Los ecosistemas coralinos están amenazados

A lo largo de las costas, también peligra la disponibilidad de los peces de los arrecifes. El anunciado calentamiento oceánico aumentará la decoloración de los corales y generará con ello la muerte de numerosos arrecifes. El crecimiento demográfico, en estos territorios hasta ahora protegidos, también añadirá una fuerte presión en los ecosistemas coralinos (explotación, degradación, contaminación, etc.). Para el año 2050, el porcentaje de recubrimiento de los arrecifes con coral vivo en el Pacífico pasaría del 40 % actual al 10 o 20 %. Según el estudio, esta pérdida reducirá en un 20 % la cantidad de peces coralinos, que constituyen una fuente alimenticia capital para la población local.

Sectores que deben ser desarrollados

Algunas islas del Pacífico podrán orientarse hacia la acuicultura y la pesca de agua dulce, ya que en tierra firme el escenario es muy diferente al de la mar. El esperado aumento de las lluvias, que extenderá para el año 2050 la superficie de los lagos, cursos de agua, etc. en un 10 %, podría fomentar estas actividades. Por ello, los científicos animan en su nuevo estudio a desarrollar estos sectores. Para contrarrestar las pérdidas previstas, invitan también a los gobiernos a facilitar el acceso a los recursos atuneros para los pescadores locales, instalando por ejemplo a lo largo de las costas dispositivos de concentración de peces, una especie de pontones flotantes que los atraen. Por último, se podrían abordar otros recursos pesqueros, aún sin explotar, como la caballa, la anchoa, la sardina…

Minimizar los riesgos protegiendo los arrecifes y maximizar las oportunidades: un reto al que se deberán enfrentar las autoridades públicas de los pequeños estados del Pacífico en las próximas décadas para responder al cambio climático y a la creciente demanda de pescado de su población en fuerte expansión.

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