La ciencia también hace sus previsiones para el año nuevo. En un número especial de Navidad, la revista británica Nature clasifica los logros científicos que se plantean para 2015. Así, la publicación establece que será el año del Gran Colisionador de Hadrones, el acelerador de partículas instalado en el CERN.
La instalación iniciará sus experimentos en marzo del próximo año. Los físicos esperan que las mejoras instauradas en él, que suponen una duplicación de la potencia que tenía hasta ahora, ayuden a resolver algunas de las incógnitas que aún quedan por desentrañar en el modelo estándar de física de partículas, como la supersimetría.
Por otro lado, el cambio climático será, para Nature, trending topic en 2015. El camino para un nuevo acuerdo mundial sobre el clima se iniciará en diciembre con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en París, donde los distintos países esperan llegar a un acuerdo post 2020 jurídicamente vinculante.
En tercer lugar, la comunidad científica dedicará todos sus esfuerzos aponer fin a la epidemia del ébola en África occidental. Para ello ya se han planeado ensayos de vacunas para principios de año, y se espera que los resultados se publiquen antes de junio.
Nature también ha destacado la labor científica que se producirá en España a lo largo del 2015. La paleogenética permitirá secuenciar el genoma completo del ADN humano más antiguo jamás encontrado, de 400.000 años de edad, que fue hallado en 2013 en la Sima de los Huesos de Atapuerca. Los resultados podrían aclarar la relación evolutiva entre los humanos modernos, los neandertales y el antiguo grupo de los denisovanos.
Otra de las líneas de investigación serán los planetas enanos, gracias a la llegada de dos naves a dos de ellos. Primero, en marzo, con la sonda Dawn de la NASA en el protoplaneta Ceres, el cuerpo más grande del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter.
Se cree que este planeta tiene hielo de agua bajo su corteza. La segunda será la nave New Horizons de la NASA, que llegará a Plutón aproximadamente el 14 de julio.
Más grandes temas que marcarán la agenda científica de los medios durante el año próximo son la apertura de nuevos laboratorios como el National Graphene Institute en Manchester (Reino Unido) y el Allen Institute for Cell Science en Seattle (Washington, EE UU).
Nature también apuesta por la llegada de nuevos medicamentos contra el colesterol al mercado; el escaneo del cielo el próximo verano gracias a las mejoras incluidas en el interfómetro LIGO –una ‘regla’ en forma de láser que mide las huellas de ondas y que ya es un 30% más precisa que antes–; y la exploración de los mares por parte de las grandes potencias como EE UU y Japón.
Los líderes de la I+D se marcan nuevas metas
En el dossier, Nature también ha preguntado a los líderes científicos sobre qué esperan para este 2015, así como los objetivos para el año nuevo.
Entre ellos se encuentra Ellen Stofan, jefa científica de la NASA, que confía en un que darán un gran impulso para enviar humanos a Marte en 2030. También se ha propuesto inspirar a niños y niñas a iniciar carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.
Sue Desmond-Hellmann, directora ejecutiva de la Fundación Bill y Melinda Gates, espera trazar un plan a 15 años para hacer frente a los grandes retos de salud y desarrollo. Algunos de esos retos incluyen la detención de la epidemia de ébola en África Occidental, el acercamiento a la erradicación de la poliomielitis en África y la investigación científica sobre la malaria y el VIH.
A Sally Davies, directora general de salud en Reino Unido, le gustaría ver una respuesta contundente en el mundo a la resistencia a los antibióticos (RAM). Para ello, su propósito de nuevo año será trazar un plan de investigación, vigilancia y acción a través de la dirección general de salud y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por su parte, Yi Xie, profesor de química de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, se ha propuesto adquirir una actitud interdisciplinar para lograr sus dos objetivos: diseñar un catalizador de energía en su laboratorio más amigable con el medio ambiente, y mejorar la comunicación de los resultados de su equipo a través de revistas de interés general y en su página web.
Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de las Naciones Unidas en el Marco de la Convención Marco sobre el Cambio Climático, está convencida de que las decisiones tomadas antes de la Cumbre “determinarán si nuestro camino se dirigirá hacia un elevado coste humano y económico, o si virará hacia el camino hacia un futuro más sostenible”. Este segundo, dice, es su compromiso personal con los muchos miles de científicos.
Entre los objetivos de año nuevo de Rolf Dieter-Heuer, director general del CERN –hasta diciembre, momento quefinalizará su mandato– están el ser testigo de la primera recogida de datos de las colisiones de 13 teraelectronvoltios de potencia en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) en mayo.
Gloria Bonder, directora de Género, Sociedad y Políticas Área de FLACSO en Argentina (Escuela Americana de Ciencias Sociales), seguirá luchando a favor de la igualdad de género en áreas de la ciencia a través de políticas de educación.
Y Lanjuan Li, director del Laboratorio State Key para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades infecciosas de la Escuela de Medicina de la Universidad Zhejiang, quiere trazar nuevas estrategias para curar el hígado. “Esperamos encontrar nuevos antibióticos para el tratamiento de las enfermedades hepáticas, y también queremos abrirnos a la cooperación con investigadores de diferentes países, ya sea a través de nuestro gabinete de comunicación como asistiendo a conferencias internacionales”.
Las expectativas de las jóvenes promesas
En el mismo número especial, las estrellas emergentes de la ciencia sleccionadas por Nature, siete mujeres y dos hombres, esbozan sus planes para el próximo año y las esperanzas para el futuro de la ciencia.
El español Óscar Fernández-Capetillo, de 40 años, encabeza la lista. Quiere encontrar la causa del daño del ADN relacionado con el cáncer y el envejecimiento. Forma parte de un grupo líder en el Centro Nacional de Investigación Oncólogicas (CNIO) en Madrid, que ha desarrollado una forma fácil de encontrar los genes que ayudan a los cánceres a resistir a quimioterapias.
El año pasado, la bióloga Nieng Yan, de 37 años y de la Universidad Tsinghua en Beijing (China), usó la cristalografía para resolver la estructura de una proteína que contiene el combustible esencial dentro de las células. Este año está expectante por lo que la criomicroscopía electrónica (crio-ME), que ha sufrido una revolución debido a los avances tecnológicos, podrá ofrecer: “Grandes proyectos que en el pasado podrían haber durado 10 años con la cristalografía, ya se pueden desarrollar en apenas medio año con la crio-ME”, explica.
La científica de materiales Jen Dionne, de 33 años y de la Universidad de Standford (California, EE UU), ha desarrollado una técnica para ver cómo interactúa la luz con los materiales a escala nanométrica, y quiere aplicarla a los componentes electrónicos de teléfonos y ordenadores para hacer la tecnología más inteligente y eficiente. El año pasado dio a luz a su primer hijo. “Tener un bebé cambia tu perspectiva”, ha explicado, por lo que quiere trabajar en los avances que pueden hacer que el mundo sea mejor para la próxima generación.
La bioingeniera Danielle Bassett, de 33 años y de la Universidad de Pennsylvania en Filadelfia, usa las redes científicas para entender el cerebro humano. Este año quiere fomentar la convivencia entre científicos para generar más conocimiento: “En lugar de organizar conferencias de una sola disciplina, necesitamos más conferencias interdisciplinarias para aumentar las conversaciones sobre los problemas”, afirma.
La física Suchitra Sebastian, de 38 años, buscará los materiales que podrían revolucionar el transporte y almacenamiento de energía en la Universidad de Cambridge, en Reino Unido. El año pasado fue seleccionada como una de los 30 científicos jóvenes excepcionales por el Foro Económico Mundial. A veces, se refiere a sí misma como una “alquimista de los cuantos”.
Especializada en ingeniería biomédica y eléctrica, Christine Hendon, de 31 años y procedente de la Universidad de Columbia en Nueva York, está trabajando en la monitorización de un corazón a escala celular o incluso menor.
Y por último, el astrofísico Hilke Schlichting, de 32 años y proveniente del Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Cambridge, cree que conocer cómo se forman los planetas es el primer paso para saber de dónde venimos y cómo se produce la vida, así que empezará el año observando las estrellas.
Parece que 2015 será un año plagado de ciencia.
Echando cuentas para el futuro
Nature también se ha lanzado a la elaboración de una serie de predicciones estadísticas sobre los números de la ciencia. Entre ellos, la publicación científica ha estimado que la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) se incrementará un 7% y que la cantidad, de hecho, igualará al Producto Interior Bruto de la India.
Las patentes también crecerán. La revista británica espera que lleguen a otorgarse 1.200.000 patentes y se registren otras 2.600.000.
Según el tiempo que dedican los científicos a investigar, se ha señalado que, en total, invertirán 26 millones de horas. Según Nature,si se tiene en cuenta que en el mundo hay 10 millones de investigadores que le dedican una media de 50 horas de trabajo, el tiempo empleado será el mismo que 2.900.000 años–un espacio de tiempo que se extendería hasta la época dorada de Australopithecus africanus–.
Otra estimación de la publicación es que, tan solo en uno de los laboratorios de McMurdo en la Antártida, se comerán 234.000 galletas, a razón de 4.500 por semana. Y lo acompañarán con mil millones de tazas de café, que será el total que consuman los científicos en 2015.
Habrá 260.000 médicos nuevos en todo el mundo. “Si los nuevos se subieran unos encima de otros formando un ‘Godzilla’”, explica Nature, “la criatura alcanzaría más de 100 metros de altura.”
Se publicarán 920.000 artículos y 470 retracciones. Según la revista, la producción mundial de publicaciones científicas ha crecido aproximadamente un 2,8% por año. Pese a que solo una pequeña fracción serán artículos que se retirarán, ese número también ha crecido respecto a años anteriores.
Finalmente, se almacenarán en total más de un billón y medio de bases en el GenBank. El repositorio de la base de datos de secuencias genéticas del NIH (National Institutes of Health de Estados Unidos), una colección de disponibilidad pública de secuencias de ADN, se ha duplicado en dos años, y el ritmo se está acelerando cada vez más.
(SINC)