Los pacientes con tuberculosis que reciben mensajes de texto parecen respetar mejor el tratamiento que deben seguir para cuidarse. Así lo reveló un estudio piloto realizado en la Argentina y cuyos resultados fueron publicados en la revista científica Tuberculosis Research and Treatment.
Uno de los coautores, el doctor Fernando Rubinstein, director del departamento de Educación e investigador del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), indicó que el trabajo busca evaluar una intervención simple que aumente la adherencia al tratamiento y reduzca la tasa de abandono que en varias áreas del conurbano bonaerense supera el 20 por ciento de los pacientes.
El uso de celular puede orientar a los pacientes para adaptarse a una terapia larga y engorrosa que requiere el uso de muchas pastillas durante al menos seis meses, afirmó el doctor Rubinstein. Por muchas razones, entre las cuales se destacan factores socioeconómicos individuales y la modalidad de los tratamientos provistos, se dificulta la supervisión en los centros de salud.
En esta enfermedad, si se hace bien el tratamiento, las tasas de curación superan el 95 por ciento. Y la mayor amenaza para los pacientes y su entorno es el abandono, agregó.
Del estudio piloto participaron 37 pacientes del Hospital Dr. Antonio Cetrángolo de Vicente López que recibían el tratamiento de forma no supervisada, consistente en visitas periódicas para retirar la medicación. Dieciocho de ellos fueron elegidos al azar para recibir SMS durante los primeros 60 días del tratamiento mientras que el resto, el grupo control, recibió un calendario de medicación.
Los participantes en el grupo SMS reportaron una adherencia al tratamiento diario cercana al 80% mientras que en el grupo control solo un 53% mantuvo el calendario de medicación.
“La factibilidad y aceptabilidad de la intervención del estudio se sustenta en base al amplio acceso a celulares básicos, la familiaridad con los mensajes de texto y la participación voluntaria de los pacientes, que reportaron sentirse más cuidados y apoyados por el equipo de salud y más responsables con su propio tratamiento”, explicó Rubinstein, quien aclaró que se necesitan estudios de mayor escala.
En Argentina se diagnostican 10 mil nuevos casos de tuberculosis y se producen 700 muertes por año. “El abandono del tratamiento es un problema de salud pública muy importante y es necesario diseñar y evaluar distintas acciones alternativas para resolverlo o al menos limitarlo”, concluyó Rubinstein.
La investigación, que fue la primera de este tipo en América Latina, también fue conducida por la licenciada Sarah Iribarren, becaria del IECS que recibió apoyo de una beca del Centro Internacional Fogarty, del Instituto Nacional de Investigación en Enfermería y de la Universidad de Utah, en Estados Unidos.