Marco Polo nació en Venecia, hoy Italia, el 15 de septiembre de 1254 y a los 17 años partió a China acompañando a su padre y a su tío. Tal vez en su imaginación ya estaba en convertirse en el gran viajero que trascendería los tiempos.
Marco nació y aprendió a comerciar mientras su padre Nicolás (o Niccolò en veneciano) y su tío Mateo (o Maffeo, también en veneciano), prósperos mercaderes dedicados al comercio con Oriente, viajaban por Asia, donde conocieron a Kublai Kan.
El viaje inicial de ambos hacia China inició en 1255, poco después del nacimiento de Marco Polo, y alcanzaron China en 1266, llegando a Khanbaliq o Cambaluc (Pekín); cuando hubo noticias de la llegada de los mercaderes al territorio, el emperador mongol Kublai Kan los mandó llamar, por que su presencia era un hecho extraordinario. Durante catorce años permanecieron entre los mongoles.
En 1269 ambos regresaron a Venecia y vieron por primera vez a Marco. De regreso, los Polo actuaron como embajadores del emperador con una carta para el Papa en la que pedía que enviase sabios y sacerdotes a visitar su Imperio, para informar a los mongoles sobre su forma de vida.
Mateo y Nicolás Polo partieron en un segundo viaje, con la respuesta del papa a Kublai Khan, en 1271. Esta vez Nicolás se llevó a su hijo Marco, Los tres se embarcaron en un épico viaje a Asia, en el que visitaron Israel, Armenia, llegaron a las regiones de la actual Georgia y luego al Golfo Pérsico. Desde allí remontaron hacia el norte, cruzaron Persia y después se adentraron en las montañas de Asia Central, siguiendo el itinerario de la Ruta de la Seda. La travesía del Pamir los condujo a los dominios del Gran Kan. Tras superar los desiertos que rodean Lob Nor llegaron a Kancheu, la primera ciudad realmente China, donde establecieron contacto con una civilización que practicaba una religión casi desconocida para Occidente, el budismo; permanecieron en el lugar un año, durante el cual se dedicaron al comercio. Hasta ahí llegó una escolta enviada por el Gran Kan para conducirles al nordeste de Pekín, donde el emperador tenía su residencia de verano.
Pronto el soberano tomó a Marco Polo bajo su protección personal, le demostró una confianza absoluta, y le comenzó a asignar todo tipo de misiones: así, por ejemplo, ingresó en el cuerpo diplomático de la corte y se convirtió en gobernador, por tres años, de la ciudad de Yangzhou.
Su padre y su tío se dedicaron a los negocios, al tiempo que actuaban como consejeros militares de Kublai Kan.
En sus diecisiete años de servicio al Khan, Marco Polo, llegó a conocer las vastas regiones de China y los numerosos logros de la civilización china, muchos de los cuales eran más avanzados que los contemporáneos europeos. Destacaban el esplendor de la capital, su organización administrativa y la de todo el país, el sistema de correos, la construcción de obras públicas, el trabajo artesanal de la seda y el uso de papel moneda.
Cuando una embajada del rey de Persia le solicitó a Kublai Khan una princesa para el rey, los Polo la acompañan, decidiendo regresar a Venecia.
En el viaje de retorno atravesaron el estrecho de Ormuz, desde donde llegaron a Venecia en 1295 tras un viaje de 24 años en el que habían recorrido más de 24 000 km y del que volvían cargados de riquezas.
A su regreso a Italia, Venecia estaba en guerra con su rival Génova y en el transcurso de una batalla naval entre las flotas de Génova y Venecia, Marco Polo, capitán de una galera veneciana, fue capturado en 1298 y encarcelado por los genoveses. Durante los tres años que permaneció prisionero dictó sus fabulosos viajes a su compañero de celda, el escritor Rustichello de Pisa, quien más tarde los plasmó en el libro conocido en principio como Il milione, que luego sería «Los viajes de Marco Polo» o “Libro de las Maravillas del Mundo”.
Liberado en 1299, Marco Polo se convirtió en un rico mercader y miembro del Gran Consejo de la República de Venecia
En ese libro plasma la novedad de los espaguetis, comida habitual en China, de la cohetería y el uso de las cometas y describe el Asia Oriental.
Murió el 9 de enero de 1324, fecha que tiene su testamento, y fue enterrado en la iglesia de San Lorenzo de su ciudad.
Los célebres viajes de este pionero veneciano inspiraron, entre otros, a Cristóbal Colón.
En su honor un cráter de la Luna lleva su nombre.