Más allá de que existe un avance en la incorporación de mujeres a la producción científica en nuestro país, éste aún no es suficiente, debido a que las políticas gubernamentales de investigación y desarrollo no han considerado las necesidades específicas de las mujeres en este ámbito.
 
Así lo consideró la doctora Rosaura Ruiz Gutiérrez, directora de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México y ex presidenta de la Academia mexicana de Ciencias (AMC), quien añadió que un estudio realizado por esta Academia en 2012 y presentado en la Reunión Anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, reveló que para mejorar el desarrollo científico y tecnológico del país, se deben tomar medidas para mejorar la representación femenina y generar un equilibrio entre los sexos en el ámbito de la investigación.
 
«Un reflejo de la inequidad que se vive en México, es el hecho de que en la propia AMC, que cuenta con poco más de 2 mil integrantes, sólo 22.4% sean del sexo femenino», dijo la investigadora».
 
“En la actualidad, las mujeres representan 13.86% de los mil 046 miembros de la Academia consagrados a la investigación en ciencias exactas; 25.82% de los 697 dedicados a las ciencias naturales, y 40.24% de quienes se enfocan a las ciencias sociales y a las humanidades».
 
Otras academias del mundo, presentan todavía mayor disparidad. En la Royal Society de Londres, de sus mil 327 miembros, alrededor de 5% son mujeres; la National Academy of Sciences de Estados Unidos tiene 2,006 miembros y sólo 7% son mujeres; en Brasil, de los 649 integrantes de su Academia de Ciencias, 11.4% son mujeres; en la Academia Chilena de Ciencias, representan 10%; en el Consejo de Ciencia de Japón, 20.5%, y en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España, 3.7%
 
En Argentina, Brasil, España y México, el promedio de graduadas de doctorado es de aproximadamente 55.6%, pero trabajan en áreas de investigación un promedio de 36.4%, siendo México el país con el menor porcentaje de doctoras que laboran en el sector científico como investigadoras, precisó la especialista.
 
La igualdad entre hombres y mujeres en la actividad científica es necesaria para lograr una mejoría real en el desarrollo científico y tecnológico del país. Aún existen dificultades de acceso, permanencia y desarrollo en la formación académica de las mujeres, así como restricciones para las mujeres al intentar acceder a posiciones directivas.
 
«Desde hace más de treinta años la Asamblea General de las Naciones Unidas, a través de la Comisión Económica y Social, ha destacado la situación de desigualdad y disparidad de oportunidades educativas para las mujeres y las niñas, así como de acceso de las mujeres a capacitación, la profesionalización y al mercado de trabajo», enfatizó Ruiz Gutiérrez.
 
«Hay que fomentar la participación de científicas activas en estudios de género, promover la transparencia en los procesos de admisión a las academias y fomentar el establecimiento de vínculos con la sabiduría tradicional, con énfasis en la contribución ancestral de las mujeres».
 
A 35 años de haberse declarado el Día Internacional de la Mujer, es posible observar que México ocupa el lugar 98 sobre la brecha de los géneros, de acuerdo con el Foro Económico Mundial, de entre 134 economías medidas, y el sitio 65 en fuerza política femenina.
 
La participación laboral de las mujeres, que era del 13% en 1950, para el 2005 había crecido de manera considerable al 42%; sin embargo aún sigue estando muy por debajo de la tasa en que se ubica actualmente a los hombres en el 77%; el rango de edad con mayor participación laboral femenina en México, va de los 35 a los 40 años y llega al 48% entre las mujeres solteras y separadas.
 
Para revertir esta tendencia, la especialista enfatizó que se necesita incrementar la participación de las mujeres en las carreras de ciencia y tecnología e investigación y desarrollo en todo el mundo; una mayor toma de conciencia del público sobre este tema, así como mejorar los estudios especializados en este campo y la promoción de la investigación rigurosa en cuestiones de ciencia, tecnología y género.

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