La National Necrotizing Fasciitis Foundation (NNFF) hoy anunció que un paciente Fernando Davila ha sido tratado exitosamente por una forma mortal de la fascitis necrotizante, o «enfermedad carnívora», por el Dr. Anibal R. Gauto, director médico del departamento de atención hospitalaria de heridas y fundador del Wound Care Center en el Eisenhower Medical Center en Rancho Mirage, California.
El Dr. Gauto utilizó un nuevo tratamiento creado por el Dr. John Crew de Seton Hospital en Daly City, California. «Sin este tratamiento, el Sr. Davila podría haber sufrido la amputación de ambas piernas o aun perdido la vida. Esto es un importante avance en el tratamiento y yo creo que podremos mejorar significativamente el cuidado de los pacientes que padecen esta enfermedad», dijo el Dr. Gauto.
A pesar de sufrir de diabetes, insuficiencia renal crónica y estar en diálisis, el Sr. Davila tenía una vida activa trabajando a tiempo completo como empleado de casino. Disfrutaba su vida familiar y llevando a sus nietos al parque y nadando. Desarrolló pequeñas lesiones oscuras y decoloradas en la parte inferior de ambas piernas que se volvieron dolorosas y se infectaron. Fue hospitalizado, tratado con antibióticos y luego llevado por un cirujano al quirófano para desbridar las lesiones. Al principio no se reconoció la verdadera naturaleza de la infección y fue dado de alta y mandado a casa para ser atendido por enfermeras domiciliarias. Poco a poco se puso peor, las heridas se pusieron más grandes y la infección se extendió al pie izquierdo. Fue hospitalizado de nuevo, pero en esta ocasión el Dr. Anibal R. Gauto se encargó de la consulta.
El Dr. Gauto trató su primer caso severo de fascitis necrotizante en 1971, mientras hacía su formación en el General Hospital de la University of Cincinnati. El hospital era un importante centro de consulta de nivel terciario para todas clases de «infecciones quirúrgicas» severas. Durante los próximos 43 años de cirugía general, cirugía vascular y práctica en el tratamiento de heridas, el Dr. Gauto operó a casi cien personas con infecciones necrotizantes del tejido blando.
«Muchas víctimas de la fascitis necrotizante pierden extremidades y unos 20% a 70% pierden sus vidas, aun con un tratamiento agresivo, porque muchas veces los médicos no diagnostican la enfermedad a tiempo, dejando de reconocer su comportamiento bacteriano y severidad», dijo el Dr. Gauto. «Muchos médicos creen que los antibióticos solos pueden detener la infección y curar la enfermedad. Tal cosa es un error y está lejos de la realidad. Infecciones como estas requieren cirugía temprana y antibióticos», explicó el Dr. Gauto. «Lo que hace que la fascitis necrotizante sea especialmente mortal es que las bacterias invasoras en la lesión producen toxinas que matan el tejido pero también se difunden desde el tejido muerto y sumergen los tejidos circundantes. Estas áreas de tejido sumergidas en toxinas, y no visibles por los ojos del cirujano, frecuentemente son dejadas atrás durante la cirugía. Siguen matando más tejidos y son responsables del ulterior avance de la infección y de las cirugías repetidas frecuentemente necesarias para controlar finalmente la enfermedad. Es más, cuando las bacterias mueren, matadas por los antibióticos, y sus membranas celulares se rompen, liberan más toxinas en la herida».
En el tratamiento tradicional, los cirujanos tratan la enfermedad eliminando el tejido infectado muerto, con márgenes razonables para frenar el daño de las toxinas. El tejido vivo parece viable, pero está empapado de toxinas invisibles que si no se trata, morirán más tarde y el paciente tendrá que volver a operarse para extraer más tejido. El Dr. Gauto ha tenido pacientes que se operaron 4, 5 y 6 veces en un periodo de 8 a 10 días.
Mientras más temprano empiezan los cirujanos el tratamiento quirúrgico, mayor será la probabilidad de que se salven más vidas y extremidades. Pero con demasiada frecuencia, el tratamiento apropiado no se comienza con la prontitud suficiente. «He estado terriblemente frustrado durante años», dijo el Dr. Gauto. «Cuando los médicos no reconocen inmediatamente la enfermedad, las consecuencias son devastadoras y terribles: múltiples cirugías, amputaciones y/o muerte. El sufrimiento de los pacientes y sus familias es absolutamente atroz».
Además de la necesidad de diagnosticar y tratar apropiadamente la enfermedad con mayor prontitud, es obvio que lo que se necesita realmente es una manera de neutralizar estas toxinas mortales. «Nunca disponíamos de un neutralizador de toxinas», dijo el Dr. Gauto. Pero ahora los médicos tienen esa arma para neutralizar las toxinas en la lucha contra la enfermedad. Hace unos años, el Dr. Gauto aprendió que el Dr. John Crew, un viejo amigo y colega que dirige el San Francisco Center for Advanced Wound Care en el Seton Medical Center en Daly City, California, estaba trabajando con una compañía biofarmacéutica en Emeryville, California, NovaBay(®) Pharmaceuticals, Inc. (NYSE MKT: NBY), para desarrollar un limpiador de heridas nombrado NeutroPhase. El ingrediente activo en NeutroPhase es una sustancia llamada solución hipoclorosa (HOCl), que simula un químico natural producido por glóbulos blancos como la primera defensa contra los invasores microbiales. Los estudios de laboratorio han mostrado que además de matar las bacterias, la solución hipoclorosa neutraliza las toxinas y parece frenar la extensión del tejido moribundo. El Dr. Crew desarrolló un método de irrigar las heridas con NeutroPhase en combinación con una técnica común de vacío llamada «terapia con presión negativa en la herida» (negative pressure wound therapy). Él ha utilizado el tratamiento ahora en más de 20 pacientes, salvando las vidas y extremidades de cada paciente tratado, como ha informado en publicaciones especializadas como WOUNDS.
Cuando el Dr. Gauto conoció por primera vez el nuevo método, dijo, «En teoría, suena bien, si funciona será extraordinario y me encantaría ser parte de él». El primer paciente que el Dr. Gauto trató con NeutroPhase en 2012 experimentó una recuperación espectacular. Y cuando Fernando Davila volvió al Eisenhower Medical Center en peligro de perder sus piernas – y aun su vida – el Dr. Gauto se hizo cargo de su cuidado. Utilizó el nuevo método de tratamiento. Para entonces, el 50% del tejido blando de la parte posterior de la parte inferior de la pierna derecha del Sr. Davila, incluyendo los tendones de Aquiles, las dos terceras partes de la superficie anterior de la parte inferior de su pierna izquierda y el dorso de la parte anterior del pie izquierdo incluyendo tendones y dos dedos, estaba infectado, muerto o estaba muriendo. Davila se sentía muy enfermo y sufría dolor insoportable. Él y su esposa sabían que la situación era muy grave.