La irrupción del probabilismo en el arte musical redefinió el concepto de composición y liberó a la música de los límites que le imponían las formas deterministas, explicó el músico italiano Luca Cori a los asistentes a la conferencia que impartió este martes en el marco del Taller de Análisis de Riesgo que organizan el Centro de Investigación en Matemáticas (Cimat) y la Universidad de Guanajuato.
Durante la charla titulada «Determinismo y probabilismo en el pensamiento musical», el artista planteó que la relación entre matemáticas y música es muy antigua, pero no fue sino hasta mediados del siglo XX que el probabilismo impactó fuertemente en la inspiración y técnicas musicales como una manera de reaccionar al estructuralismo de la época.
Hasta entonces, las formas tradicionales de composición lineal -como la sonata, la fuga o el canon- planteaban límites al arte en cuanto seguían estructuras rígidas y predecibles.
Sin embargo, en la década de los 50 empezaron a surgir intentos por trasladar directamente el discurso matemático y probabilístico a la música. Entre los pioneros de este cambio en la tradición musical están artistas como John Cage, Pierre Boulez, Karlheinz Stockhausen y Ianni Xenakis.
Sus revolucionarias herramientas de composición partían directamente del discurso científico y superaron los paradigmas que imperaban hasta entonces.
Luca Cori explicó que el uso de elementos probabilísticos o estocásticos no sólo implicó la creación de nuevas expresiones sino también un cambio en las relaciones intrínsecas de la música. Por ejemplo se rompió la relación vinculante que existía entre la partitura y el ejecutante pues una composición estocástica permite múltiples y variadas interpretaciones de la misma pieza.
También se creó una nueva forma de imitar la naturaleza en la cual el artista, más que un compositor, es un inventor de los procesos que dan lugar a la obra casi de manera independiente.
Por esta vía, dijo Luca Cori, el probabilismo o determinismo débil produce una música más libre donde las partes se relacionan entre sí de manera flexible, instantánea y mutable. En un extremo de la estética estocástica, el yo del compositor puede incluso desaparecer y desvincularse de su obra o de los efectos que puede producir en la audiencia.
En conclusión, la música estocástica, es decir la música compuesta con elementos aleatorios y probabilísticos, significó no sólo nuevas formas de imitar la naturaleza sino también una manera de mejorar la música como tal.
«Determinismo y probabilismo en el pensamiento musical» fue impartida este martes en el Auditorio de los Espacios Magnos de la Sede Marfil de la Universidad de Guanajuato y será complementada con un concierto de la Orquesta Sinfónica de esta Universidad el próximo viernes en el Teatro Principal de Guanajuato.
El evento formó parte de las actividades del Año Internacional de la Estadística y por el XXV aniversario del posgrado en estadística que ofrece el Cimat.