Uno de los principales problemas económicos de carácter estructural que enfrenta nuestro país desde la década de los 80 es el bajo crecimiento, lo que nos lleva a una situación de estancamiento con estabilidad, afirma Josefina León León, profesora-investigadora de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Al considerar la evidencia empírica en materia de crecimiento, es claro que el carácter restrictivo que prevalece en la política monetaria en los últimos años, lejos de impulsar la actividad económica, es un factor que la ha frenado, refiere en el artículo titulado “México en la globalización y su crecimiento económico decepcionante”, publicado en el volumen IV, número 9 del Reporte Macroeconómico de México.

En esta investigación la académica del Departamento de Economía señala que a 20 años de la independencia del banco central y a tres décadas del impulso a los cambios en la política económica que orientan la economía mexicana hacia el sector externo, los logros en materia de crecimiento económico son realmente pobres.

En los sexenios presidenciales de Carlos Salinas el PIB fue de 3.96 por ciento, con Ernesto Zedillo disminuyó a 3.4 y en los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón se contrajo a 2.4 y 1.9 por ciento, respectivamente, lo que indica que la variación promedio anual del Producto Interno Bruto (PIB) es cada vez menor.

Con base en los datos anteriores, asevera, es claro que las autoridades en México no tienen argumentos para afirmar que la mejor manera que tiene el Banxico para contribuir en el impulso del crecimiento económico sea la de mantener estable la tasa de inflación.

El impacto de la política extremadamente laxa de Estados Unidos ha influido en el aumento de los flujos de capital hacia las economías emergentes, asegura. En 2008 y 2009, los años más turbulentos de la crisis, la inversión extranjera especulativa sufrió un fuerte descenso de 45 por ciento, los tres años subsecuentes se recuperó aumentando en promedio siete por ciento; esto contrasta con la débil recuperación económica de los países desarrollados y con los problemas de deuda soberana tanto en la eurozona como en EU.

La investigadora considera que el modelo de desarrollo económico orientado hacia el sector externo impulsado en México en el marco de la globalización económica no ha logrado impulsar el crecimiento económico.

Con respecto a la apertura comercial, apunta, el país enfrenta una restricción externa al crecimiento al ser altamente dependiente de los productos importados, con respecto a la inversión extranjera uno de los riesgos de la libre movilidad de capitales tienen que ver con la tendencia a la apreciación cambiaria, la cual resta competitividad a las exportaciones.

Inyectar enormes cantidades de dinero en un sistema capitalista en el que prevalecen los intereses de los especuladores en relación con los productores, ha significado que una buena parte de la liquidez generada no se destine a la inversión productiva, dada la crisis existente y a la situación de incertidumbre, por lo tanto se canaliza a la inversión bursátil y financiera, con el consecuente riesgo de generar burbujas especulativas en los mercados financieros, concluye la profesora en la publicación mensual de la Unidad Azcapotzalco.

Los comentarios están cerrados.