Cuando el virus de la influenza H1N1 se presentó en el país, no se contaban con las herramientas de análisis necesarias y se pidió a laboratorios extranjeros que realizaran la investigación para obtener una respuesta oportuna. Por situaciones de esa índole, el doctor Víctor del Río busca la creación de un sincrotrón en México.
Un sincrotrón es un acelerador de partículas de electrones que emite radiación fotónica. La luz que genera es diez millones de veces más poderosa que la del Sol y sirve para hacer investigación a nivel molecular y atómico en áreas como salud, energía, medicina, estética, antropología, arqueología, paleontología y medio ambiente, entre otras.
El doctor Víctor del Río, quien fue comisionado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para trabajar en la planeación estratégica del proyecto para construir el primer sincrotrón en México, menciona que la tecnología es un equivalente a lo que fue el microscopio en el siglo XIX, pero mucho más poderoso, al crear imágenes en tercera dimensión e identificar los procesos y propiedades con la que cuenta una muestra analizada.
El especialista que radica en Australia refiere que México necesita invertir en un proyecto de esta magnitud y que es el único de los 15 países con mayor Producto Interno Bruto que no cuenta con un sincrotrón. “Una nación como ésta, con 115 millones de habitantes puede estar a punto de una epidemia que afectaría a diez o cien mil personas, por ello debemos tener la capacidad interna para conducir esos experimentos y no depender de otras naciones”.
La instalación de un sincrotrón en el país impediría que investigadores migren a otros países, debido a que en la actualidad 146 científicos mexicanos se trasladan a Estados Unidos u otras partes del mundo para consolidar sus experimentos en sincrotrones extranjeros. Además, ligaría a la ciencia con la industria del país y permitiría el nacimiento de una “sociedad de conocimiento productiva”.
Asimismo, posibilitaría que los investigadores mexicanos dedicados a la innovación y desarrollo utilicen esta tecnología de punta y realicen estudios en diversas ramas de la ciencia.
La tecnología tiene aplicación en múltiples áreas por ejemplo, es posible analizar la cantidad de oro, plata y petróleo que existe en la superficie, saber que granos alimenticios son más nutricionales y resistentes al medio ambiente, e incluso se logra identificar si una pieza de arte es auténtica o no y determinar con gran exactitud la edad de ésta.
Del Río expone que en otros sincrotrones se trata de reproducir la fotosíntesis de las plantas para capturar la energía del sol. “En un futuro se podría caminar por la calle y que las plantas produzcan la luz que ilumina el camino tan sólo con el proceso de fotosíntesis”.
Además, se sabe que 24 investigadores internacionales han sido galardonados con el premio Nobel por experimentos realizados en sincrotrones.
Un proyecto necesario para el país
A través del proyecto financiado por el Fondo Mixto del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la Secretaria de Innovación, Ciencia y Tecnología del estado de Morelos, encabezada por la doctora Brenda Valderrama se determina el municipio de Xochitepec, localizado al poniente del estado de Morelos como principal sede para instalar el sincrotrón; sin embargo, también se contemplan Temoac y Axochiapan.
El doctor Matías Moreno Intriago, coordinador del proyecto, comenta que la creación de un sincrotrón en México no es irreal, aunque la inversión es grande se compara con la de construcción de un par de instituciones de investigación.
“Los fondos para la inversión se podrían lograr destinando el cinco por ciento del aumento a ciencia y tecnología que el Gobierno de la República estableció”, precisa el doctor.
De adoptarse la decisión de crear el sincrotrón y se garantice el financiamiento, tardaría en concretarse entre seis y ocho años: dos de planeación y cinco o seis años de construcción.
“Lo que se necesita para volver realidad el sincrotrón en voluntad política, tanto de los gobiernos federales, como de todos los partidos políticos, de la industria y la población que va obtener beneficios en salud, alimentación y medio ambiente”, finaliza el doctor Matías Moreno Intriago.