México tiene un retraso legislativo de 60 años en materia de derechos y respeto a la diversidad sexual, en comparación con países como Finlandia, Suecia o Suiza, sostuvo Jacqueline del Carmen Jongitud Zamora, académica de la Facultad de Derecho e investigadora en el Centro de Estudios sobre Derecho, Globalización y Seguridad de la Universidad Veracruzana.
Lo anterior durante entrevista concedida tras su participación en el Foro Derechos Humanos de la Diversidad Sexual, organizado por la Facultad de Psicología de esta casa de estudios, con motivo del Día Internacional de la Lucha contra la Homofobia, celebrado el pasado 17 de mayo.
Explicó que en países avanzados legislativamente en esta temática, en el caso de personas transgénero la seguridad social reconoce que el Estado debe satisfacer las necesidades médicas para realizarse el cambio de identidad, como es el dotar de hormonas, retenedores hormonales, intervenciones quirúrgicas, entre otros servicios que forman parte de los paquetes médicos.
Expuso que en México, personas con esta misma situación sólo podrán cambiar de identidad si cuentan con los recursos económicos para hacerse todos los tratamientos.
“En la identidad se juega la vida de una persona, y habrá muchas mujeres y hombres que no pueden pagar los tratamientos, lo cual es una crueldad, porque otra vez es la condición económica la que marca la diferencia entre tener derechos o no tener derechos en un país”, enfatizó.
Sin embargo, dijo que no todo es malo en México, pues se han logrado algunos avances en términos de derechos humanos. Por ejemplo, existe el artículo primero constitucional que reconoce el derecho a la no discriminación por orientación sexual, además hay una ley federal contra la discriminación por preferencia sexual y la mayoría de las entidades federativas han reconocido la no discriminación y han tipificado los delitos de discriminación o análogos.
Lo cierto, indicó, es que aún falta mucho por hacer, como por ejemplo el tema de la identidad de género de las personas sólo es reconocido en el Distrito Federal; y el matrimonio igualitario, el cual sólo es legal en el Distrito Federal y en Quintana Roo.
“En este momento la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ya ha conocido casos de Oaxaca y llevamos un avance en tesis jurisprudenciales, por lo que podemos pensar que en breve tiempo, por las decisiones de los tribunales federales, se dará el matrimonio igualitario en este país”, adelantó.
Diversidad sexual
Silvia Susana Jácome, del Colectivo Xalapeño por la Diversidad Sexual, apuntó que todos somos limitados por las normas sociales, pero son las personas heterosexuales las que sufren más esta rigidez moral, “no todas las personas nos ajustamos a esos patrones”.
Planteó que la sexualidad es uno de los terrenos donde hay mayor rigidez, dado que la sociedad espera “ciertas” prácticas definidas y quien rompe con los esquemas establecidos inmediatamente es discriminado, hecho a un lado, cuando “la realidad nos muestra que somos seres muy diversos” incluso dentro de la heterosexualidad.
“Así como tenemos diferentes gustos para la comida, la música y la ropa que nos ponemos, también para vincularnos erótica y afectivamente tenemos gustos muy distintos”, reiteró.
Expuso que desde pequeños la norma moral elige la sexualidad que ejercemos, determinada en función de la genitalidad de cada persona, pero la realidad es muy amplia, se puede ser macho, hembra, intersexuales, andróginos, se puede tener gusto por los hombres o por las mujeres, “en ese cruzamiento de opciones tenemos 81 posibilidades diferentes”.
”Lo que digo es que en el esquema tradicional nos limitan a dos, y dejan fuera otras 79 posibilidades, las cuales pueden cambiar a lo largo de la vida; entonces la diversidad sexual es muy amplia y lo único que podemos hacer como sociedad es reconocerla y aceptarla”, concluyó.