El consumo de alimentos ricos en proteínas de alto valor biológico y la práctica de ejercicios de resistencia muscular pueden ayudar a prevenir sarcopenia, síndrome que implica la pérdida de masa, fuerza y función del músculo esquelético y que afecta principalmente al adulto mayor, señaló la doctora Consuelo Velázquez Alva, investigadora del Departamento de Atención a la Salud de la Unidad Xochimilco.

En el marco del II Simposio de Sarcopenia, organizado por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y el Instituto Nacional de Geriatría, la investigadora dijo que México será en poco tiempo un país envejecido pues se calcula que para el año 2050 una cuarta parte de su población estará compuesta por adultos mayores, por lo que debe prepararse para contender con los desafíos que el fenómeno poblacional conlleva y propiciar procesos de “envejecimiento funcional, saludable y exitoso”.

La especialista advirtió que tal proceso dependerá del estilo de vida que la gente siga antes de llegar a los 65 años de edad.

De acuerdo con el consenso europeo sobre su definición, la sarcopenia es un síndrome que se caracteriza por una pérdida gradual y generalizada de la masa muscular y la fuerza, con riesgo de presentar resultados adversos como la discapacidad física, calidad de vida deficiente y mortalidad.

Esta pérdida de masa y fuerza muscular conlleva caídas, fracturas, incapacidad física y por tanto pérdida de la independencia para llevar a cabo sus actividades básicas e instrumentales, lo que hace prever que la persona sea institucionalizada, pues en muchos casos la familia no tiene capacidad ni tiempo para cuidarla, aseguró la doctora Velázquez Alva

La  investigadora aseveró que la sarcopenia puede prevenirse,  tratarse y, por lo tanto, es posible reducir su incidencia.

Tras indicar que si bien no es posible hablar de “una prevalencia generalizada”, ya que se tienen que considerar factores como género, edad, actividad física, diferenciaciones geográficas, apuntó que se han hecho estudios con grupos de ancianos en la Ciudad de México, particularmente en la delegación Coyoacán, donde se encontró una prevalencia en 35 por ciento.

Se ha visto que a mayor edad existe también mayor probabilidad de tener sarcopenia, pero a esta condición se añade el hecho de que nuestra población “arrastra” enfermedades crónico-degenerativas como las cardiovasculares, hipertensivas, isquémicas, además de la alta prevalencia de diabetes mellitus, lo que complica el panorama, además de contender con otras secuelas como cuadros depresivos, demenciales y de deterioro cognitivo.

La académica expuso que en la UAM se ha estudiado a grupos focales de personas de la tercera edad que asisten a consulta geriátrica a hospitales convencionales o a centros recreativos, y se ha visto que la prevalencia cambia dependiendo del estilo de vida.

Si se evalúa a personas que tienen una enfermedad crónico-degenerativa y se tratan en un hospital geriátrico, la prevalencia es de entre 35 a 40 por ciento; pero quienes tienen una vida funcional y hacen actividades de recreación como tai-chi o yoga, la prevalencia puede bajar a 15 por ciento.

Al referirse a la prevención, intervención y reversión de la sarcopenia sostuvo que se debe recomendar al adulto mayor una alimentación con características específicas que se requiere para fortalecer la masa muscular y entrenamientos de resistencia muscular, así como no impedirles la movilidad.

Subrayó que es necesario que el anciano consuma alimentos ricos en proteínas de alto valor biológico; es decir aquellos que cuentan con elementos nutricionales conocidos como aminoácidos esenciales, pues se ha observado que estimulan la síntesis de proteínas a nivel músculo esquelético.

Dichos alimentos se encuentran en la leche, el suero de leche, el huevo, carne de res magra; el problema es que el adulto mayor no los consume en las cantidades suficientes que requieren para cubrir las necesidades musculares que tienen, por lo que se recomienda la suplementación nutricional oral, además de elementos como la vitamina D que además se asocia a la salud ósea, que va de la mano con la prevención de la osteopenia y osteoporosis.

Lo anterior se potencializa si además el adulto mayor entra a un programa de resistencia muscular. “Con tres veces a la semana en sesiones de 45 minutos se ha visto que mejoran su velocidad de caminar, mejoran su seguridad para mantener el equilibrio y disminuyen el riesgo de caídas, además de evitar cuadros depresivos”, comentó la doctora Consuelo Velázquez.

El doctor Alberto Ávila Fuentes, jefe del Departamento de Geriatría del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, señaló que la masa muscular disminuye alrededor de dos por ciento por año a partir de los 50 años se va perdiendo de uno a dos por ciento de la masa muscular, lo que se asocia con la disminución de fuerza muscular.

Advirtió que generalmente se piensa en los pacientes de sarcopenia como aquellos muy delgados o con aspecto desnutrido, pero se olvida que también la gente con obesidad puede tener esta pérdida de masa muscular e incluso tener desenlaces más graves. La presencia de obesidad sarcopénica multiplica aún más la posibilidad de tener “desenlaces inapropiados”, puntualizó. 

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