Según datos del INEGI, México está en recesión. Y esta viene desde agosto de 2013 si se analizan los datos de los meses precedentes registrados en el SIC, afirmó el doctor Fernando Chávez Gutiérrez, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), al opinar sobre la polémica que ha desatado la información publicada, y particularmente sobre el descontento de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) al respecto.

En el último boletín de prensa del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) sobre el Sistema de Indicadores Cíclicos (SIC), publicado el pasado 7 de mayo, cuyo análisis incluye hasta el mes de febrero, el país se encuentra en recesión; la información es sin duda inequívoca por los datos expuestos, pero cabe aclarar que el país se encuentra en recesión desde el mes de agosto de 2013 si se analizan los datos de los meses precedentes registrados en el SIC, apuntó.

El economista compartió que la información del boletín señala escuetamente que en febrero de 2014 “el Indicador Coincidente (IC) se localizó debajo de su tendencia de largo plazo al registrar un valor de 99,7 puntos, lo que representa una variación de (-) 0,04 puntos respecto al mes anterior.

El experto acotó que el INEGI sólo publica la información, no realiza declaraciones de un estado de recesión –no tendría por qué hacerlo–, por eso, aquellos que realizan un análisis detallado de la situación pueden detectar que esta tendencia inició desde agosto del año pasado cuando el valor del IC fue 99,96 (menor a 100) y ha ido en descenso hasta febrero de 2014; desaceleración que se sostuvo a lo largo de un año (julio 2012-junio 2013) y fue la que fincó la situación de recesión económica.

Sin embargo, la SHCP, señaló el académico, ha desmentido la información del INEGI y ha declarado su verdad oficial: no hay recesión, sino una situación en la que hay “señales de crecimiento”.

“Como toda medición económica el SIC adolece de imprecisiones que propician confusiones, pero es desatinado y abusivo que la máxima autoridad financiera descalifique la metodología usada por el INEGI –que dicho sea de paso es un organismo autónomo–, sólo porque los datos no son políticamente correctos para un gobierno que vende febrilmente la tesis de que la economía está en crecimiento porque está haciendo lo correcto”.

Lo alarmante de este diferendo, opinó Chávez Gutiérrez, es que no se ha realizado un análisis sereno de los datos expuestos y tampoco una revisión de las dos metodologías con las que el INEGI da seguimiento al ciclo económico mexicano y a la interpretación de los datos que derivan de ellas. 

La metodología del SIC que el INEGI ha trabajado por años ha sido útil para medir  los conceptos de desaceleración, recesión, recuperación y expansión del ciclo económico, de acuerdo con ella el país se encuentra en una recesión de crecimiento desde hace siete meses; ésta aparece cuando la actividad económica registra un IC por debajo de su “tendencia potencial de largo plazo”, punto al que se llegó por una desaceleración sostenida de por lo menos nueve meses, observó el especialista.

Sin embargo, esta metodología puede no persuadir a todos, y hay quienes prefieren la metodología de la National Bureau of Economic Research (NBER) que el INEGI utiliza para el enfoque de ciclos clásicos que mide de otra forma las fluctuaciones del capitalismo.

La recesión en el enfoque del SIC, puntualizó el docente del Departamento de Economía de la Unidad Azcapotzalco, no es más que una desviación de lo que podría estar produciendo la economía en condiciones óptimas o potenciales.

En esta metodología, la recesión no es una contracción, depresión o caída económica donde hay una severa caída del producto, un alza en el desempleo o el desplome del consumo agregado, entre otras tendencias negativas, explicó.

Pero incluso si se revisa el IC que se maneja en el SICCA (que expresa el enfoque y tiene su base teórica en el mencionado NBER) se observa una tendencia declinante y errática desde febrero de 2012, tanto en su variación mensual como anual, aunque más clara en la segunda que en la primera; vale resaltar que la tasa anual de febrero de este año es negativa (-0.68 por ciento) lo que permite visualizar la sintonía con el dato de recesión que arroja el SIC en ese mismo mes.

En resumen: con las metodologías disponibles SIC y SICCA el desempeño de la economía mexicana no es alentador y sí muy preocupante.

Diversos indicadores, argumentó el especialista, revelan que el crecimiento pierde empuje desde hace meses, incluso los mencionados en el boletín de la SHCP del 12 de mayo, aunque para contener afirmaciones desafortunadas, esta institución hizo un manejo particular de los mismos que deben ser aclarados.

El crecimiento anual de la producción industrial en marzo fue de -0,10 por ciento y para las manufacturas de 2,0 por ciento, muy por debajo de los datos de Hacienda que fueron del 3.4 y 6.8 por ciento, respectivamente; los cambios mensuales calculados con las series desestacionalizadas no cautivan: la actividad industrial presentó una caída mensual de -0.1 por ciento y las manufacturas de 0,3 por ciento.

El crecimiento del empleo anual de los asegurados por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en abril de 2014 fue de 489,394 plazas, el menor de los últimos cuatro años; en este mismo rubro en 2013 el número de asegurados fue de un 85 por ciento por trabajo permanente y 15 por ciento por trabajo eventual, y en 2014 la proporción fue de 80 y 20 por ciento, es decir una proporción menor de trabajadores permanentes y un aumento de los eventuales.

Hacienda destaca el crecimiento a tasa anual nominal de las ventas reportadas por la Asociación de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD): 2,4 por ciento para tiendas iguales y 6,8 por ciento para ventas totales, pero las tasas en términos reales resultan ser de -1,1 y 3,3, respectivamente, lo que muestra un mercado interno contraído.

Después de este análisis el catedrático concluyó que “la información que dio pie a una controversia pública que trata de elucidar si estamos o no en recesión económica debe ser resuelta con la constitución de un Comité Académico de Ciclos Económicos, que señale periódicamente el punto de ubicación de la economía del país; la tarea es compleja, pero no inalcanzable; sólo así se podría contar con un referente autónomo, objetivo, competente, creíble y transparente sobre la situación económica de México”.

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