El Día Internacional del Personal de Paz de las Naciones Unidas, el 29 de mayo, brinda la oportunidad de reconocer la valiosa contribución del personal uniformado y civil para la labor de las Naciones Unidas y de rendir homenaje a los más de 3900 miembros del personal de mantenimiento de la paz que han perdido la vida defendiendo los valores de la Organización desde 1948, incluidos los 102 que fallecieron el año pasado.
Este año, las dificultades y las amenazas a las que se enfrenta el personal de mantenimiento de la paz son aún más grandes que nunca, ya que, al igual que el resto del mundo, no solo están haciendo frente a la pandemia del COVID-19, sino que también están ayudando y protegiendo a la población de los países en los que se encuentran. Continúan con sus operaciones en la medida de sus posibilidades y siguen ayudando a los Gobiernos y las poblaciones locales, a pesar del riesgo del COVID-19.
El lema para el Día de este año es «Mujeres en procesos de paz: claves para la paz», que conmemora el vigésimo aniversario de la aprobación de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas relativa a las mujeres, la paz y la seguridad.
Mediante la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, las resoluciones posteriores y la Declaración de compromisos compartidos de la Acción por el mantenimiento de la paz (A4P), las Naciones Unidas han exigido que se amplíe el papel y la contribución de las mujeres en sus operaciones, incluidas las del personal de mantenimiento de la paz uniformado.
Mujer militar en los Cascos Azules de la ONU en patrullaje en Liberia- Foto ONU, Christopher Herwing
Las mujeres del personal de mantenimiento de la paz contribuyen de manera incalculable al mantenimiento de la paz. Ayudan a mejorar el desempeño general del mantenimiento de la paz, tienen mayor accesibilidad a las comunidades, especialmente a las mujeres y, por lo tanto, ayudan en la promoción de los derechos humanos y la protección de los civiles. Asimismo, animan a las mujeres a convertirse en una parte significativa de los procesos políticos y de paz; cuando distintas mujeres participan en las negociaciones de paz, la calidad y la durabilidad de los acuerdos de paz aumentan y, cuando las mujeres son las signatarias de dichos acuerdos, es más probable que se acaben implementando, lo que, de acuerdo a las investigaciones académicas, ayuda a garantizar la paz y la prosperidad sostenibles.
La primera misión de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas se estableció el 29 de mayo de 1948, cuando el Consejo de Seguridad autorizó el despliegue de un pequeño número de observadores militares de Naciones Unidas en Oriente Medio para conformar el Organismo de las Naciones Unidas para la Vigilancia de la Tregua (ONUVT), con el fin de supervisar el Acuerdo de Armisticio entre Israel y sus vecinos árabes.
Desde entonces, más de 1 millón de mujeres y hombres han servido en 72 misiones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, lo que ha afectado de manera directa a las vidas de millones de personas y ha salvado innumerables vidas. A día de hoy, el mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas tiene desplegados a más de 95.000 miembros del personal militar, policial y civil en 13 operaciones.