La comunidad científica está de luto, luego del fallecimiento del doctor Roberto Ortega Martínez, el pasado 6 de septiembre, en la Ciudad de México. Amigos y colegas de la comunidad de óptica lamentaron la muerte del científico al recordarlo como un gran amigo, profesor e impulsor incansable de la óptica en México.
Miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, se graduó como licenciado en física en 1971, en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), bajo la dirección del doctor Harold L. Johnson. La maestría en ciencias la obtuvo en 1976 con las tutorías de los doctores Enrique Daltabuit y Jorge Flores, y el doctorado en 1986 bajo la dirección de Eugenio E. Mendoza, de acuerdo con la información biográfica publicada por el Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico de la UNAM (CCADET).
Especialista en óptica no lineal, cristales líquidos, láseres de pulsos ultracortos y aplicaciones de láseres en la medicina, realizó varias estancias de investigación en los Estados Unidos. Fundó los laboratorios de óptica aplicada en 1984 en el CCADET, otro más de pulsos ultracortos en 1996 y el de óptica no lineal en 2006.
En 1996 empezó a trabajar con técnicas de autocorrelación óptica para caracterizar los pulsos ultracortos de los láseres de titanio-zafiro, después empleó las técnicas frog-sonograma y modelado con la función matemática de Wigner.
Igualmente participó en las aplicaciones de la óptica en la medicina. Diseñó arreglos experimentales con láseres de argón y CO2 para uso fototérmico en cardiología para el Hospital de Cardiología en el Centro Médico Nacional Siglo XXI y el Instituto Nacional de Cardiología.
Entre 2001 y 2006 junto con el doctor Víctor M. Chapela de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, trabajó en la generación del segundo armónico del láser de Nd:yag en monómeros cristalinos. Con el doctor Miguel García, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, colaboró en estudios de fluorescencia resuelta en tiempo en semiconductores de zinc-selenio irradiados con láseres de pulsos ultracortos.
“A Fines de los 80 conocí el entusiasmo de Roberto… Me llamó la atención la intensidad que mostraba en sus ideales para impulsar la óptica en México cuando solo había un pequeño grupo de ópticos en el país”, recordó Sabino Chávez Cerda, del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica.