Ignacio López Bocanegra fue un fotógrafo que se adentró ideológicamente en la realidad mexicana de la segunda mitad del siglo XX y la documentó como nadie, coincidieron el investigador de la Universidad Veracruzana (UV) Josué Martínez y el fotógrafo Rodrigo Moya; en tanto, su viuda, Lucero Binnqüist Robledo, relató la pasión con la que él vivía la fotografía día y noche.
En la presentación del libro Nacho López, ideas y visualidad –realizada el jueves 27 de septiembre en el Museo de Antropología de Xalapa (MAX)–, Moya destacó que éste es “el primer gran libro” de este connotado personaje, a casi 30 años de su fallecimiento.
El volumen fue publicado por la Editorial de la UV en coordinación con el Sistema Nacional de Fototecas (Sinafo) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el Fondo de Cultura Económica y la empresa Parametría.
José Antonio Rodríguez y Alberto Tovalín Ahumada fueron los editores del volumen, cuyo 90 por ciento de contenido es obra inédita de Nacho López.
Lucero Binnqüist, quien fue su esposa durante 25 años, compartió: “Para Nacho López, introducirse en el laboratorio era el placer más grande, si él viviera ahorita y supiera de la fotografía digital yo creo que se daba un balazo.
”Entrar a revelar sus fotografías que había hecho en el día –en el campo o de donde viniera– e imprimirlas, era verdaderamente su gozo más grande. Se pasaba muchísimas noches en el laboratorio, le gustaba trabajar de noche porque decía que la luz no se le filtraba. La verdad estaba yo un poco celosa del laboratorio fotográfico.
“Era una persona con la que siempre había tema para platicar. Tenía muchísimos amigos: sus juanelos que los quería tanto –Juan Rulfo y Juan de la Cabada–, sus compañeros, los muchachos que eran sus alumnos y acababan siendo sus amigos. Vivió profundamente, leyó hasta el cansancio, estudió hasta que se murió y para mí fue muy importante, grande, es una persona a la que amé y admiré.”
Josué Martínez, académico de la Facultad de Literatura Hispanoamericana e investigador del Instituto de Artes Plásticas de la UV, en su intervención –que tuvo como hilo conductor una serie de imágenes de Nacho López, ideas y visualidad que se proyectaron ante el público presente– subrayó: “El México fotografiado por Nacho López no fue un país con aires de libertad, ese México no ha llegado aún, sin embargo lo buscó incansablemente con su cámara siempre infalible.
”Su México es más cercano a otro imaginario, un México complicado, abrupto, grosero, contradictorio, paradójico, donde la libertad se mostraba y se escondía en sólo una milésima de segundo. Esa milésima que se tardaba en abrir y cerrar el obturador de su aparato.”
En tanto, Rodrigo Moya, con una amplia trayectoria en el ejercicio fotográfico, escritor y colaborador de La Jornada, destacó el empeño de la UV y el resto de las instituciones a través de las cuales se logró el libro.
Agregó que Nacho López “sigue siendo el gran fotógrafo documentalista de la mexicanidad. Realmente retrata una nación en la mitad del siglo XX, con consecuencias que se pueden ver, analizar y disfrutar en este espléndido libro”.
Asimismo, compartió algunos momentos de su estrecha relación con Nacho López, a quien conoció en 1954 y lo reconoce como uno de sus mentores en esta disciplina. Incluso, aclaró que para él no se trató de un fotoperiodista: “Era una fotógrafo particularmente independiente, que no estaba en la nómina de ningún periódico, que no recibía órdenes diarias, como los –llamados– fotógrafos de prensa o fotoperiodistas”.
Asimismo, coincidió con Josué Martínez en el sentido de que Nacho López fue un fotógrafo que “se adentró ideológicamente en la realidad mexicana”, pues era consciente de la situación política y social del país y el mundo en su conjunto.
“Él siempre hablada de la ‘angustia del fotógrafo’, que era la angustia de pensar, de reflexionar sobre esas contradicciones que nos envolvían”, añadió.
Por su parte, el director general de la Editorial de la UV, Agustín del Moral, consideró: “Este libro, según creo, es la muestra más completa, jamás editada, al menos en términos de material inédito, alrededor de la obra del célebre fotógrafo Nacho López, y Nacho López, ideas y visualidad es uno de esos lugares a los que se sabe a qué hora se entra pero es difícil afirmar a qué hora se saldrá, porque las fotos de Nacho López se introducen por la pupila, se instalan en el cerebro y ahí se quedan para siempre”.
En la presentación de la obra estuvieron presentes destacadas personalidades del ámbito las artes gráficas, alumnos y autoridades como el propio rector de la UV, Raúl Arias Lovillo, y la directora del MAX, Sara Ladrón de Guevara.