Como resultado de una investigación realizada en ratas embarazadas, se llegó a la determinación de que la obesidad ocasiona un aumento en las malformaciones congénitas de sus embriones, informó Victoria Eugenia Bolado García, académica e investigadora de la Facultad de Nutrición de la Universidad Veracruzana (UV).
En la conferencia magistral “Estrés oxidativo y obesidad”, que Bolado García impartió el pasado 19 de octubre en la USBI-Xalapa en el marco del V Foro en Seguridad Alimentaria y Nutricional, subrayó que “la obesidad es un padecimiento que condiciona la existencia de un aumento de estrés oxidativo”.
Explicó que trabajaron en tres grupos de ratas, dos con problemas de obesidad y uno con un peso normal. Confirmaron que la mayor malformación del producto se presentó en las ratas obesas que no recibieron ningún tipo de tratamiento, a diferencia de las de peso normal.
En cambio, en las obesas que recibieron vitamina E como antioxidante, las malformaciones congénitas disminuyeron casi a normalidad, igual que las ratas delgadas.
“Entre los datos más actuales que tenemos están los de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006, en los cuales vemos que más de 50 millones de nuestra población tiene problemas de obesidad. Ésta es a causa de una mayor ingestión calórica y falta de actividad física, lo cual nos lleva a un incremento en las glucosas, en la producción de ácidos grasos libres y esto, a su vez, va a originar una mayor producción de radicales libres en la mitocondria, que van a originar un aumento en el estrés oxidativo”, explicó.
El incremento del estrés oxidativo mediante diferentes vías ocasiona una alteración con la diabetes, el síndrome metabólico y con la enfermedad cardiovascular, añadió.
La investigadora mencionó que la prevalencia de sobrepeso y obesidad en las mujeres entre 20 y 39 años de edad es más del doble y se ha incrementado en los últimos años.
En ese contexto, detalló que si al principio de la gestación se presenta la obesidad, algunas de las complicaciones pueden ser el aborto espontáneo o recurrente y las malformaciones congénitas en el embrión o feto, principalmente malformación del tubo neural.
Si la obesidad o sobrepeso se presenta al final del proceso de gestación habrá mayor riesgo de que la madre desarrolle preclancia, diabetes mellitus gestacional o muerte fetal intrauterina.
En el momento del parto las complicaciones son anestésicas, así como la mayor probabilidad de cesárea.
“No es lo mismo que una mujer llegue al embarazo con un peso adecuado para su edad y estatura, a las mujeres que ya se embarazan con un índice de masa corporal elevado”, subrayó.
Aunque cualquier persona puede estar sujeta al aumento del estrés oxidativo –pues es resultado del desequilibrio en la formación de radicales libres y la protección o eliminación de sistemas antioxidantes con que cuenta el organismo–, es un hecho en el periodo de gestación.
En ese contexto, fue que Bolado García dio a conocer los resultados del estudio realizado en ratas, tratando de investigar la implicación del estrés oxidativo y la inflamación en la teratogénesis asociada a la obesidad.