Investigadores españoles presentaron un fósil de tiburón de agua dulce hallado en la provincia de Cuenca (centro de España) de 125 millones de años y 4,5 centímetros de longitud, que lo convierten en el escualo más pequeño conocido.
«Pablito», como fue bautizado cariñosamente por sus descubridores, fue hallado en el yacimiento del Cretácico Inferior de Las Hoyas (Cuenca), uno de los más importantes del mundo de este periodo geológico junto a los de Jehol en China.
El pequeño tiburón fue dado a conocer esta semana, dentro de una exposición especial en el Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha, con la que se conmemoran los 25 años de excavaciones en Las Hoyas.
Tras cuatro años de investigaciones desde que fuera hallado, el fósil pudo ser contemplado por primera vez por las personas que visitaron la muestra, aunque para tuvieron que mirarlo a través de un ordenador conectado a un microscopio para verlo con detalle.
Su tamaño es su rasgo más llamativo, los 4,5 centímetros que mide desde el principio del morro hasta el final de la cola lo convierten en el tiburón más pequeño conocido en la Tierra, tanto en el registro fósil como en los actuales, destacó el paleontólogo de la Universidad Autónoma de Madrid, Francisco José Poyato.
Para dar una referencia de su tamaño, explicó que una cría de etmopterus, el menor de los tiburones actuales, mide 11 centímetros al nacer, es decir unas dos veces y media el tamaño de «Pablito», que no era un recién nacido.
Otro hecho excepcional es que está entero, subrayó Poyato, que indicó que los tiburones no suelen fosilizar porque no tienen tejido óseo, solo lo tienen en los dientes y en las escamas, el resto es cartílago.
Pero las condiciones en Las Hoyas «son tan extraordinarias» que permitieron que fosilizase un tiburón entero, incluso con impresiones de la piel, de las escamas y de músculo, destacó el paleontólogo que lleva 25 años en el equipo investigador del yacimiento.
Explicó que no se ha podido identificar la especie a la que pertenece, porque «es tan juvenil que los rasgos de especie no se han formado todavía ni en los dientes ni en las espinas dorsales».
En cualquier caso, Poyato subrayó que es «un animal muy pequeñito en tamaño pero enorme en cuanto a información, por todo lo que preserva de estructuras blandas, del esqueleto y por todo lo que nos enseña del modo de reproducción y de crecimiento en la historia de los tiburones».
Los comentarios están cerrados.