Pensar que es posible «traducir» los conceptos, los datos científicos y los resultados de la investigación a un lenguaje simple y coloquial, comprensible para el llamado «público en general», es uno de los errores más comunes entre científicos y divulgadores, aseguró Ana María Sánchez Mora, académica, escritora y divulgadora de la ciencia en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
«Si de verdad queremos acercar al público y acortar la enorme brecha que existe entre ciencia y sociedad tenemos que ofrecerle a la gente algo más que datos duros», dijo frente a académicos, periodistas e investigadores que cursan en la Universidad Veracruzana (UV) el Diplomado en Comunicación de la Ciencia.
Explicó que divulgar la ciencia no es traducirla, sino recrear la realidad científica con elementos de la vida cotidiana, pues el principal obstáculo para llevar la ciencia al público no es terminológico, sino la distancia que existe entre el mundo del conocimiento científico y el cotidiano.
«Para que la gente haga suya la ciencia tenemos que hablar del contexto en que se produce, del por qué es importante, cómo se ha llegado a ese conocimiento, de quiénes lo hacen y qué significa para el ciudadano común», advirtió la autora de libros como La divulgación como literatura, La ciencia y el sexo e Introducción a la Comunicación Escrita de la Ciencia, este último editado por la UV.
La recreación, dijo, es una reelaboración creativa que necesariamente presenta la ciencia de otras maneras, lo cual no significa que se convierta en información de segunda o desvirtuada: «ese tránsito no significa que la ciencia se desfigure, sino que como la energía, sólo se transforma». Cuentos, exposiciones, caricaturas, fábulas, son sólo algunas formas creativas de divulgar la ciencia.
De acuerdo con la académica, esa transformación es fuente de tensiones entre los científicos y los periodistas, divulgadores y comunicadores, pues los primeros, en defensa siempre de la precisión, se olvidan que si no se muestra el conocimiento científico en un contexto más próximo a la gente es mucho más difícil que ellos puedan comprender su significado o importancia.
«Cuando hablamos de comunicación de la ciencia ya no estamos sólo en el terreno de la ciencia, ni tampoco en los dominios absolutos de la comunicación, el campo implica una fusión entre ambas (ciencia y comunicación) y el resultado no es ni la una ni la otra o una acercamiento entre las dos, sino una nueva disciplina que no toma una en detrimento de la otra», advirtió la académica de la UNAM.
Sin embargo, reconoció que los comunicadores de ciencia, sean científicos o periodistas, deben manejar con fluidez el conocimiento que pretenden divulgar pero también las estrategias comunicativas más acordes al contexto de recepción, «un término medio que beneficie a ambas».
La visita de Sánchez Mora se realizó en el marco del Diplomado en Comunicación de la Ciencia de la UV, en el que participan 25 estudiantes y académicos, entre docentes, educadores ambientales, investigadores, técnicos de campo y periodistas.