Si uno trata de curvar cualquier circuito electrónico impreso al uso, lo normal es que se quiebre y deje de funcionar, pero esta situación va camino de cambiar. Los artífices de un proyecto europeo de investigación llamado PLACE-IT proponen un tipo nuevo de circuito electrónico flexible que no se rompe aunque uno trate de retorcerlo.
Los nuevos componentes son flexibles, dúctiles, resistentes y, a la vez, ligeros. Tanto, que se pueden adaptar fácilmente a las formas y los movimientos del cuerpo humano. Esta novedad allana el camino hacia una gama nueva y muy extensa de aplicaciones: desde vendas inteligentes y dispositivos para la vigilancia de órganos internos (en el sector sanitario) hasta alumbrado inteligente en el interior de automóviles, trenes y aviones (en el sector del transporte), pasando por prendas de vestir electrónicas (en los sectores de la confección y la seguridad vial). La labor realizada por las entidades asociadas a PLACE-IT supone los prolegómenos de una nueva industria que girará en torno a esta tecnología flexible tan revolucionaria. Primero llegaron los libros electrónicos, la facturación electrónica y hasta la sanidad electrónica; ahora llegan los tejidos electrónicos.
El mundo de los revestimientos cibernéticos
El consorcio responsable de PLACE-IT, formado por una docena de socios y coordinado por la multinacional neerlandesa Royal Philips , ya probó satisfactoriamente el funcionamiento de productos para el sector de los tejidos electrónicos. Ahora se ha iniciado un nuevo proyecto de tres años de duración y amparado por el 7PM, llamado TERASEL , que seguirá desarrollando estos productos y, en concreto, incrementará la elasticidad de los circuitos planos.
PLACE-IT se dedicó a conformar los circuitos electrónicos de modo que pudieran cubrir el cuerpo humano o la carrocería de automóviles, creando una especie de «piel cibernética» capaz de adaptar su forma a la función requerida sin romper ninguna de las conexiones infinitesimales que componen los diminutos circuitos microelectrónicos que hacen funcionar toda clase de aplicaciones en la actualidad.
«La variabilidad de los movimientos y de las formas plantea una gran complejidad desde el punto de vista tecnológico; para que la electrónica pueda hacer frente a esa complejidad, se necesita cierto grado de ductilidad», explicó el coordinador de PLACE-IT, Koen van Os , científico especialista sénior de Philips, en Eindhoven (Países Bajos). «Sin esa ductilidad, en los circuitos electrónicos de gran superficie se crean espacios de aire y puntos de presión entre el dispositivo y la piel o la cubierta, o incluso pliegues puntiagudos y grietas en el propio dispositivo», añadió.
Aplicaciones en sanidad, confección de ropa y automoción
Uno de los productos más innovadores desarrollados por el equipo en sus prototipos de demostración es la fototerapia BlueTouch, un parche analgésico ya comercializado por Philips indicado para aliviar el dolor, sobre todo el lumbar. Philips ha creado unas vendas dotadas de luz azul que se pueden plegar y son suficientemente cómodas para llevarlas en la espalda, si es necesario, todo el día. BlueTouch, un producto desarrollado en el transcurso de susodicho proyecto, se probó clínicamente y desde la primavera de 2012 se encuentra a la venta como dispositivo médico certificado por la CE en Reino Unido y Alemania.
Uno de los socios alemanes, el Centro de Investigación Médica, ZMF de la Universidad de Heidelberg) , también ha demostrado que la luz azul influye en los procesos bioquímicos. De este modo, puede emplearse para medir la función renal, haciendo uso de un parche flexible que registra cierto indicador fluorescente (FITC-Sinistrin) que permite valorar el funcionamiento de diversos órganos. El equipo responsible confía en que este producto sirva para detectar con mucha antelación la enfermedad renal terminal. Este dispositivo está siendo utilizado por diecisiete universidades y cinco grandes empresas farmacológicas con fines de investigación y de evaluación de la seguridad de nuevos fármacos. Asimismo, se han creado empleos a través de una empresa tecnológica llamada Mannheim Pharma & Diagnostics cuyo cometido es comercializar el dispositivo de control renal y FITC-Sinistrin.
Por otra parte, se ha desarrollado el uso de LED de tamaño reducido en prendas de vestir. Artistas del espectáculo como los Black Eyed Peas han probado ya trajes confeccionados con tejidos electrónicos que contienen tecnología de iluminación OLED con forma de láminas ultrafinas emisoras de luz.
La iluminación de automóviles es otra área trabajada por socios de PLACE-IT, como el grupo tecnológico Freudenberg(Alemania), su instituto de investigación textil TITV-Greiz y el Grupo Antolín (España). Juntos han desarrollado tecnologías de iluminación novedosas «posteriores a la bombilla» (beyond-the-bulb) para superficies de vehículos, por ejemplo techos (para ofrecer iluminación interior) y viseras antideslumbrantes (para los tubos de luz del espejo interior), todo ello de forma práctica, rentable y con poco consumo energético.
PLACE-IT tiene un presupuesto de 16 millones de euros, de los que 10,8 han sido aportados por la Unión Europea a través del Séptimo Programa Marco (7PM). Estuvo en marcha de febrero de 2010 a noviembre de 2013.