La participación de los partidos políticos con respecto a la reforma electoral fue irresponsable pues obedeció a una venganza por la pérdida de las elecciones en 2012, por lo que se enfocaron a desmantelar al Instituto Federal Electoral (IFE) y sustituirlo por un nuevo órgano.

Pero además constituyó moneda de cambio del partido en el poder, para lograr consenso y aprobar la reforma energética, señaló el maestro Pablo Javier Becerra Chávez, profesor-investigador de Ciencia Política de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), al comentar en torno a la reforma electoral.

 

“Desde mi perspectiva no era una reforma necesaria y además se han desmontado avances notables que se habían construido desde 1989-1990 con la creación del IFE y ahora nos lleva a un terreno incierto con la creación del Instituto Nacional Electoral (INE), cuya transición no sabemos cómo funcionará”.

 

El IFE se había consolidado como una institución confiable para la organización de las elecciones y además fue construido por todos los actores políticos; aún no se cuenta con el modelo de las leyes secundarias, por ello no se sabe qué pasará con el nuevo organismo. Es evidente el retroceso ocasionado por el PAN y PRD para descabezar al árbitro, situación que también pasó en 2006.

 

El politólogo de la Unidad Iztapalapa explicó que otro de los temas centrales de la reforma es el relativo a normar los topes de gastos de campaña. Esto será un problema para el naciente INE, porque en cada elección el perdedor argumenta que su opositor rebasó el tope de gastos.

 

Están indicadas causales de nulidad como la cobertura excesiva en los medios de comunicación y el uso de recursos de procedencia ilícita o públicos, pero ante lo complejo de su probación, cada elección será un litigio interminable.

 

En torno a la consulta ciudadana el académico apuntó que ya existe en la constitución desde 2012, lo único que faltaba era aprobar la ley secundaria, pero hay criterios en la Suprema Corte y en el IFE que plantean que la figura legal presente en la constitución puede utilizarse aunque no esté reglamentada. Y esto es lo que va a ocurrir por la esperanza del PRD en el tema energético, pues para la izquierda es muy importante.

 

Otros elementos más que se aprobaron fue la reelección de diputados federales y senadores así como diputados y autoridades locales sobre todo a nivel municipal. Pero ésta será acotada, pueden ocupar el cargo hasta un máximo de 12 años, lo cual además es una probabilidad que no se dará en automático.

 

Un aspecto que se debió incluir fue la segunda vuelta electoral sobre todo la presidencial porque dirime las diferencias al lograr desempates, como sucede en muchos países de América Latina.

 

Es una lástima que estos tres partidos hayan usado el rediseño de las instituciones electorales como prenda de cambio o de presión frente a las necesidades del partido gobernante para lograr el conjunto de reformas, pues ya sabían que aprobando la electoral la inmediata era la energética.

 

Fue una situación de conveniencia de los institutos políticos que no ayuda al fortalecimiento de los organismos electorales en México. En 2018 es probable que de nuevo los perdedores exijan una nueva reforma electoral, siempre funcionará así en tanto haya un partido que se sienta afectado por un fraude real o ficticio, e iremos viviendo su historia sin fin, indicó.

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