Sandra Isabel Jiménez Mateos *
Ante el avance que ha tenido la propagación del coronavirus SARS-CoV-2 (por sus siglas en inglés: severe acute respiratory syndrome coronavirus 2. En español es: coronavirus tipo 2 del síndrome respiratorio agudo grave), una de las recomendaciones más remarcadas para prevenir su contagio es el no tocarse la cara.
Pero, ¿porqué tanta insistencia en esto?.
La Organización Mundial de la Salud (OMS, en español) puntualiza que «las manos tocan muchas superficies que pueden estar contaminadas con el virus. Si se toca los ojos, la nariz o la boca con las manos contaminadas, puedes transferir el virus de la superficie a si mismo».
Los ojos, la nariz y la boca, son las vías conocidas de entrada de los virus al cuerpo humano.
Por eso la insistencia en no tocarse la cara, porque aún cuando no haya contacto directo con alguna de estas partes corporales, los virus al estar en la cara pueden desplazarse hacia los mismos.
Esa es también la razón de porque se insiste en que se deben de lavar las manos frecuentemente con agua y jabón, por lo menos durante 20 segundos incluyendo las muñecas y tallando enérgicamente las palmas, el dorso y entre los dedos.
¿Cómo actúa el jabón contra los virus?
El jabón tiene moléculas en forma de alfiler que penetran la membrana lipídica aceitosa con la que se cubren y protegen bacterias y virus, incluyendo el SARS-CoV-2.
Es «como un clavo que revienta un neumático», ejemplifica la Unesco en un escrito mediante el que recomienda el lavado frecuente de manos: el extremo de la molécula de jabón que repele el agua, una cola hidrofóbica que puede unirse con el aceite y las grasas, apuñala a la COVID-19 convirtiéndola en un bolsa rota y desinflada de células de ARN -ejemplifica-.
Por precaución -además- las recomendaciones después de lavarse las manos son secarlas con papel desechable o con aire caliente, para evitar que al tener contacto con una toalla de tela o algún otro objeto que pueda guardar humedad, quede ahí algún virus que haya podido escapar al lavado de manos y que pueda transmitirse a la próxima persona que toque esa toalla u objeto.
El lavado de manos con jabón tiene además el beneficio de eliminar de la piel los virus y bacterias aún más difíciles de quitar. Esto se debe a la doble naturaleza de las moléculas de jabón. Mientras las cabezas hidrófilas se extienden para unirse al agua, las colas se giran hacia dentro para protegerse del agua. Al hacer este movimiento, recogen todo lo que atrapan en pequeñas jaulas de burbujas de jabón llamadas micelas. Frotar con fuerza todas las partes de las manos y muñecas, enjabonando bien, es la clave para atrapar estas partículas invasoras para siempre – y eliminarlas por el desagüe. Y si el agua está fría o caliente no importa, siempre y cuando uno se enjabone bien previamente, puntualiza la Unesco.
Los geles antibacteriales no matan virus, como el SARS.CoV-2
La recomendación es que ante la falta de jabón puede emplearse gel antibacterial, pero esto sólo en caso necesario, porque sólo son útiles contra el virus causante del Covid-19 si contienen al menos un 60% de alcohol, porque los productos antibacterianos no afectan en absoluto a los virus y en cambio, se corre el riesgo de que cualquier patógeno que sobreviva a este tratamiento, puede evolucionar para ser resistente a los productos antibacterianos en el futuro.
Pero no siempre se puede tener a la mano un lavabo con agua y jabón para lavarse las manos o portar todo el tiempo un gel antibacterial.
Por eso es la insistencia en no tocarse la cara y ahora la recomendación creciente de utilizar caretas para evitar que las gotas de flugge lleguen hasta el rostro, que es la forma que se considera como principal fuente de propagación del virus.
- Investigadora del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales de la Universidad Veracruzana
Coronavirus rompiéndose