Mediante el uso de microalgas se desarrolló un sistema para la captura del CO2.
La Reforma Energética implementada en México recientemente propició la entrada en vigor de la Ley General de Cambio Climático, que en uno de sus artículos transitorios se compromete a que México deberá reducir en un 30 por ciento sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) para el año 2020, y en un 50 por ciento para el año 2050.
A raíz de esta proyección, el equipo conformado por el doctor Roberto Parra, profesor investigador del Centro del Agua para América Latina y el Caribe; los estudiantes Luisaldo Sandate, de la Maestría en Sistemas Ambientales y Leonel Peña Ángeles, de la Maestría en Ingeniería Energética; Rodrigo Salmón, encargado de la Casa Solar, y el doctor Carlos Rivera, por parte de la Cátedra de Energía Solar, desarrollan la nueva tecnología que ha sido patentada a través de la Oficina de Transferencia de Tecnología del Tecnológico de Monterrey, y que otorgó el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) en julio de este año.
«Este desarrollo es un trabajo multidisciplinario que involucra dos aspectos principalmente: la mecánica de fluidos, de mezclado y adsorción de gases, y las biológicas involucradas en el estudio y desarrollo de microalgas. El objetivo es desarrollar un sistema para la captura de CO2, -que es el principal responsable del cambio climático al ser un gas de efecto invernadero-, a través de un sistema altamente eficiente como las microalgas, que son los microorganismos con mayor eficiencia para adsorber el CO2«, explica el doctor Parra.
Con la iniciativa a favor de contrarrestar el cambio climático, se logró un importante avance a nivel de reformas de ley; sin embargo, el país todavía no cuenta con la tecnología necesaria para conseguir el objetivo propuesto.
«Esto nos llevó a desarrollar un fotobiorreactor, que hace más eficiente la transferencia de masa entre los gases de efecto invernadero, teniendo como medio de cultivo las microalgas. Para lograrlo, nos enfocamos en caracterizar la forma o el lugar en donde éstas crecen, con un equipamiento que asemeja un río, con cámaras de gasificación y dosificación en cada extremo, de tal forma que en esas cámaras se realice el intercambio de gases contaminantes con las microalgas, para que éstas absorban los contaminantes, obteniendo oxígeno libre de contaminación», detalla el ingeniero Sandate.
Es importante mencionar que en una fase previa al intercambio de gases dentro del equipo, se lleva a cabo un proceso crucial para el correcto funcionamiento de la tecnología, que consiste en la simulación hidrodinámica en 3D.
Aplicaciones de la tecnología
En México no existen tecnologías parecidas para reducir la emisión del CO2 generado por las industrias. Se pueden conseguir tecnologías extranjeras que realicen este trabajo, pero el traerlas al país es un proceso costoso, además de que es difícil acoplarlas a los requerimientos de la industria nacional.
«Nuestro desarrollo es un gran paso en la materia, ya que en nuestra región hay muchas áreas de oportunidad para la aplicación de esta tecnología, como por ejemplo, la industria del cemento, o la del acero, que son de las mayores generadoras de gases de efecto invernadero», según comenta el Ing. Leonel Peña, integrante de este equipo.
El investigador agrega que lo que se busca es llevar este producto más allá, y que no se quede en el otorgamiento de la patente -que ya es un logro muy importante-, sino que se pueda aplicar, «que nuestras industrias puedan utilizar esta tecnología, producida nacionalmente y desarrollada bajo los requerimientos específicos de cada empresa», finaliza.