Un grupo de investigadores de las universidades de Granada y Friburgo (Alemania), junto con el University College London, han realizado un estudio que demuestra que cuando tenemos una mala opinión sobre una persona, rechazamos su dinero con mayor probabilidad, aunque nos haga una oferta que nos beneficie.
Según los investigadores, esto se debe a que la información social que tenemos sobre esa persona influye en nuestra decisión. Además, la gente está dispuesta, incluso, a perder dinero con tal de no aceptarlo de personas de las que tienen una mala consideración.
En este estudio, que ha sido publicado en la revista Frontiers in Decision Neuroscience, los investigadores trabajaron con dos grupos formados por 36 personas cada uno, de entre 18 y 27 años, todos ellos alumnos de la Universidad de Granada.
Para llevar a cabo este trabajo, sus autores emplearon el juego económico Ultimátum, en el que los participantes reciben ofertas sobre divisiones de sumas de dinero que les hace un compañero.
Estas ofertas pueden ser justas (por ejemplo, dividir 10 euros en cinco para cada uno) o injustas –dividir 10 euros en nueve para mí y uno para ti–. La decisión racional, según los investigadores, sería aceptar todas las ofertas, “ya que aunque un euro de 10 sea injusto, sigue siendo dinero”, señala María Ruz, del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC) de la UGR.
Respuesta negativa frente a la injusticia
Sin embargo, los investigadores encontraron, replicando estudios previos, que la mayoría de los participantes tendían a rechazar ofertas del tipo injusto, un efecto que parece mediado por una respuesta emocional negativa ante la injusticia.
Según Ruz, este trabajo muestra que “la opinión que tenemos sobre aspectos morales de las personas con las que interaccionamos también hace que aceptemos o rechacemos las ofertas de dinero que nos hacen”.
De este modo, si tenemos una buena opinión de la otra persona, aceptamos más veces su dinero que si no la tenemos. “Por otro lado, si tenemos una mala opinión de alguien, rechazamos su dinero con mayor probabilidad. Ambas cosas ocurren tanto para ofertas justas como para las injustas”, destaca la autora.
Durante la realización de este estudio, además, “la gente se estaba jugando dinero real (se les pagaba más cuanto más ofertas aceptaban)”. Los resultados, por lo tanto, son contraintuitivos, “pero es lo que encontramos: estamos dispuestos a perder dinero con tal de no aceptarlo de personas de las que tenemos una mala opinión”, concluye la investigadora.
Referencia bibliográfica:
Celia Gaertig, Anna Moser, Sonia Alguacil and María Ruz. «Social information and economic decision-making in the Ultimatum game». Frontiers in Decision Neuroscience. 06 julio 2012 | doi: 10.3389/fnins.2012.00103