Las redes activistas (incluidas las surgidas en Internet) son las nuevas formas de emergencia política y de irrupción en el espacio público, al buscar dispersar el poder más que concentrarlo, consideró Guiomar Rovira Sancho, durante su participación en el primer “Congreso Internacional Protestas y Sublevaciones en el mundo, Los grandes retos contemporáneos”, organizado por el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV).

La profesora-investigadora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), comentó que es suficiente mostrar la indignación, el agravio, la frustración de un pueblo en un mensaje simbólico para que quienes se sienten interpelados se conviertan en ágiles multiplicadores del llamado a la movilización, que inmediatamente se extiende por las redes.

“Las comunidades en Internet son muchas veces efímeras, pero intensas; pueden reproducirse y expandirse, y en algunos casos pueden convertirse en comunidades insurgentes espontáneas que crecen a gran velocidad”, refirió durante su conferencia “El nuevo ciclo de acción global y la web 2.0: de la primavera árabe al #YoSoy132”.

Esto, dijo, es lo que sucede con todas las movilizaciones que se presentaron en los países árabes, en Grecia, Italia, España, Chile y México, todas ellas con el común denominador del uso intensivo de las redes sociales electrónicas, o lo que se conoce como la web 2.0. “Son verdaderos enjambres de jóvenes, una condición generacional de lucha que debe resaltarse”, comentó.

“El ciclo de protestas de 2011 siento que cierra el proyecto del altermundismo que fue el ciclo anterior, el ciclo que pretendía una acción global que se inició en Seattle, que se organizó en los foros sociales mundiales, que persiguió a las instituciones económicas mundiales como si fueran cantantes de rock”, indicó.

Y se preguntó, ¿a estas nuevas formas de manifestarse qué las hace tan diferentes? A lo que respondió que apelan a sus estados, son luchas más concretas, están ancladas a sus realidades y sobre todo tejen entre ellas lazos, contagios e inspiraciones.

“Esta nueva forma de comunicación permite que una lucha en un lugar se convierta en un ejemplo para otra, en un incentivo para el entusiasmo que despierta la revolución; por ejemplo, las movilizaciones en Túnez transmitidas viralmente producen entusiasmo y hacen que los indignados españoles hablen de Túnez, los ocupados de Wall Street hablan de los indignados y los #YoSoy132 hablan de todos los demás”, destacó.

Asimismo, atraviesan las fronteras al crear redes transnacionales y asentamientos virtuales o hashtag, en donde la gente se entera, participa y construye de forma conjunta un discurso común que se vuelve una intervención en el espacio público, “los mensajes son diseminados de una forma viral”.
Especificó que “generan una producción interactiva del significado, propia de lo que se llama autocomunicación de masas, donde la gente es productora, reproductora y combinadora de sus mensajes, remezclando códigos y formatos, diversificando y multiplicando puntos de entrada en el proceso de comunicación”.

Por tanto, apuntó Rovira Sancho, las redes son la forma más laxa posible de organización diferente a lo que serían los partidos políticos, sindicatos o cualquier tipo de organización; son una estructura de comunicación entre los nuevos actores colectivos y también es un ideal normativo, al ser una forma de hacer y actuar al otro mundo posible.

En relación con el movimiento #YoSoy132,expuso que las características principales son las marchas y los videos, cada integrante afirma su identidad para decir lo que piensa, “exponiéndose en este país donde puede ser un riesgo frente al regreso de un Estado autoritario.

”Vemos la aparición de una especie de estilo ‘Hazlo tú mismo’, donde cada quien confecciona su propio cartel y sale a la calle de acuerdo con sus propios postulados, y eso se vio en las calles de México a partir del 11 de mayo de este año, con la irrupción del movimiento #YoSoy132”, puntualizó.

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