La próxima semana regresará a nuestro país el doctor Rafael Navarro González, investigador mexicano que participa en la misión Curiosity, que actualmente se encuentra en el cráter Gale, en Marte.
 
«La próxima semana estaré en México. El 8 de noviembre recibiré el Premio Universidad Nacional Autónoma de México y me quedaré en el país luego de haber transcurrido los 90 días de trabajo en el Jet Propulsion Laboratory. Cada líder de proyecto debe regresar a su sitio de origen», explicó el científico adscrito al área de Astrobiología de la misión en Marte.
 
«En México continuaré con los enlaces constantes vía electrónica al centro de comando de del laboratorio de análisis de muestras en Marte (SAM, por sus siglas en inglés), que se ubica en el Centro de Vuelo Espacial Goddard, de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA)».
 
El especialista mexicano colaboró en el diseño del SAM, el cual es del tamaño de un horno de microondas y está colocado en la parte interna del robot explorador Curiosity. Actualmente lleva 83 días de trabajo en el llamado planeta rojo.
 
El instrumento, como los nueve más que forman parte de la misión, ha sido probado con algunas muestras del suelo en la llamada región Rocknest y hasta ahora no ha presentado ningún problema.
 
Por el momento, Navarro González es parte del equipo de especialistas que toma decisiones sobre cada una de las acciones a realizar por el robot.
 
«Las instrucciones y datos son enviados y recibidos cada día gracias a los satélites MRO, Mars Express y Mars Odyssey. Por la mañana se reciben los datos, se analizan, y en la tarde se envían las instrucciones para que el robot trabaje al siguiente día», explicó el investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
 
El laboratorio SAM es uno de los equipos fundamentales del robot, pues podrá dar respuesta a la pregunta de si existió (o existe) vida microbiana o no en Marte.
 
El equipo funciona gracias a un brazo robótico instalado en Curiosity que coloca una muestra de arena dentro de SAM, la cual somete a vibraciones y fricción a fin de extraer partículas de polvo de hasta 2 milímetros, las cuales caen en un carrusel.
 
Entonces, las diminutas partículas son calentadas hasta 900 grados Celsius para llegar al punto de evaporación y el gas resultante pasa a espectrómetros que reflejan la luz en espejos y con ello se buscan elementos orgánicos como el metano.
 
El equipo también utiliza un cromatógrafo de gases que puede detectar compuestos químicos similares a los existentes en la Tierra, principalmente carbonatos.
 
«SAM ha realizado ya el primer análisis de la atmósfera marciana y aún faltan pruebas por venir, para ello, el equipo se quedará una semana más en Rocknest y después de ese tiempo comenzará a moverse para dar inicio a la actividad científica», precisó Navarro González.
 
Científicos de la NASA informaron que equipos como el Instrumento de Química y Mineralogía (CheMin) han realizado ya los primeros análisis mineralógicos del suelo marciano el cual es similar al basalto que se observa en Hawaii.

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