Para que un alimento de cosecha llegue a nuestra mesa pasan muchos procesos, este ciclo pareciera sencillo pero no lo es, y menos cuando gran parte de este se pierde en el camino. Expertos estiman que el 40 por ciento de estos alimentos se va desperdiciando o no logra llegar al final del ciclo, esto debido a factores variados que incluyen condiciones climáticas adversas que impiden que se de la cosecha, almacenamiento incorrecto o incluso en casa, cuando por no consumirlo se descompone.

Así como pasa con frutas y verduras, pasa también con los granos, incluso con pérdidas mayores, según señaló el doctor Silverio García Lara, profesor investigador del Centro de Biotecnología e Ingeniería de Alimentos del Campus Monterrey.

«Todos estamos conscientes de que necesitamos alimentos y hay que producirlos de alguna forma; entonces se asume que el proceso productivo es la parte más importante y una vez que nosotros obtenemos el benefactor -como puede ser el maíz, trigo o la lechuga – todo parece indicar que las cosas terminan ahí, pero la realidad es que la cadena de valor no termina; es una cadena, a partir de que se cosecha en el campo empieza a haber problemas incluso ya cuando llega al consumidor y cuando nos referimos a granos, el panorama es muy similar, incluso con pérdidas mayores», explicó.

Motivado por esta problemática, el doctor García realizó una investigación llamada «Tecnologías Integrales para Reducir Pérdidas en Post-cosecha de Cereales», la cual ha sido referente para su aplicación en África por la Global Knowledge Iniciative y la Fundación Rockefeller.

Esta investigación ha llevado años de trabajo, dijo García Lara, en donde se han realizado pruebas por el norte del país descubriendo interesantes datos que lo llevaron a hacer de esta investigación un modelo de estudio.

«Este estudio se hizo del 2004 al 2007, básicamente rastreamos todo el país, este fue un trabajo multidisciplinario: tomamos no sólo datos de alimentación, sino también de producción de temperatura, entre otros, y esos modelos sirvieron y se aplicaron por primera vez en varios países de África», aclaró.

García Lara indicó que la mayor satisfacción ha sido poder contribuir para disminuir o eliminar estas pérdidas.

«Este es un problema añejo al que se le ha dado poca difusión dentro de los eslabones de la cadena productiva, hay muy pocos expertos a nivel mundial, hemos visto directamente con los agricultores estas pérdidas, entonces uno se pregunta, ¿con tanta tecnología no podemos hacer una intervención valiosa?, por ello la mayor satisfacción fue cuando vimos el primer resultado asociado a que podemos intervenir con mucho éxito automáticamente nos dimos cuenta que es un nicho de investigación y de impacto social, que podemos contribuir con la disminución de estas pérdidas», comentó.

Interés internacional

El año pasado, organizaciones como Global Knowledge Initiative y la Fundación Rockefeller, realizaron pequeñas reuniones alrededor del mundo, y el pasado mes de enero se efectuó una en la Ciudad de México, donde se reunió al sector público y privado, academia, instituciones públicas y privadas, empresas como GRUMA, Bimbo, el Gobierno Federal a través de SEDESOL y SAGARPA, entre otras y a donde el doctor García Lara representó al Tecnológico de Monterrey.

En esta reunión, se presentaron resultados y la experiencia en la aplicación de la misma, lo que dio como resultado que dichas organizaciones se interesaran más en el tema y buscaran aplicarlo en más zonas de África y eventualmente en Asia, dijo el doctor García.

«Esta fundación quiere intervenir en reducir la pérdida de alimentos porque se dieron cuenta que es un problema que se puede atacar; y es que si evitamos esa pérdida tradicional del 40% imagina cuanto alimento se puede salvar para toda esa gente que no lo tiene; la fundación quiere tomar este modelo y aplicarlo en otras partes de África y eventualmente en Asía, además abre la posibilidad de que en breve participemos con ellos a través de incentivar en otras áreas de México con nuevas tecnologías», explicó.

La respuesta obtenida ha generado una gran satisfacción que beneficiará a los lugares donde este modelo se aplique.

«Finalmente tenemos una respuesta a nivel internacional sobre este tema tan importante y estamos preparados para intervenir, queremos tratar de asegurar el mínimo de pérdidas asociativas, nosotros hablamos de cereales pero se puede aplicar en otros productos», finalizó.

Silverio García Lara

Silverio García Lara

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