En el mundo existen unos 2,500 millones de personas no tienen acceso a instalaciones de saneamiento adecuadas, como retretes o letrinas, lo que conlleva –incluso- consecuencias trágicas para la salud, pero también problemas de dignidad e incluso de seguridad para las mujeres y niñas que carecen del servicio, a la par de las afectaciones que se hacen al medio ambiente y el desarrollo social y económico.
El retrete tiene además otra función que muy pocos piensan y/o aprecian: el acceso a retretes seguros y limpios anima a las niñas a permanecer en la escuela, apunta Ban Ki-moon, Secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Remarca: “En el mundo una de cada tres mujeres carece de acceso a inodoros seguros, lo cual las hace vulnerables a sufrir enfermedades, vergüenza y posibles actos de violencia cuando buscan un lugar para defecar. Si contaran con acceso a mejores servicios de saneamiento, 1,250 millones de mujeres y niñas, una cifra abrumadora, gozarían de un mayor grado de salud y seguridad”.
«Igualdad y Dignidad» es el tema en 2014 del Día Mundial del Retrete, para llamar la atención a la amenaza de violencia sexual a la que se enfrentan las mujeres y las niñas debido a la falta de intimidad, y también las desigualdades presentes en el acceso al saneamiento.
“Tenemos la obligación moral de acabar con la defecación al aire libre y tenemos el deber de velar por que mujeres y niñas no corran peligro de ser víctimas de agresiones o violaciones simplemente porque carecen de acceso a servicios de saneamiento”, puntualiza Ban Ki-moon.
La instalación de retretes en todo el mundo es parte del programa de saneamiento que la ONU tiene dentro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y es el que menos ha avanzado.
Las acciones para incentivar su instalación en todo el mundo incluyen el llamado que a principios de 2014, el Vicesecretario General de las Naciones Unidas, Jan Eliasson, para romper el silencio sobre la defecación al aire libre y fomentar el diálogo como parte de su llamado a la acción para promocionar el saneamiento.
Por lo general, los retretes siguen sin adecuarse a las necesidades específicas de ciertos grupos de población, como las personas con discapacidad, los ancianos y las mujeres y niñas, que requieren instalaciones para atender su higiene durante la menstruación.