La Federación Rusa requiere incrementar y fomentar la inmigración para sostener e impulsar su desarrollo económico, debido a que su fuerza laboral disminuirá en cinco millones de personas por década a partir de 2020, y proseguirá en esa tendencia en 2030 y 2040, señaló el doctor Theodore Gerber.
En el Tercer Coloquio Internacional sobre migraciones de países del ex bloque soviético. La diáspora veinticinco años después, el profesor-investigador del Departamento de Sociología de la Universidad de Wisconsin-Madison expuso que el gobierno enfrenta el dilema de que un sector de su población refleja sentimientos antiinmigrantes.
“Rusia necesita de los inmigrantes para evitar un impacto negativo en su economía porque vive una severa crisis demográfica”, consecuencia del drástico decrecimiento poblacional iniciado en la década de los setenta del siglo pasado, con una tasa negativa de nacimientos y positiva de envejecimiento de la población, pese a los relativos éxitos de las políticas públicas para mejorar la esperanza de vida y el aumento de la población.
“La migración representa la solución de la gran brecha en la fuerza laboral de Rusia” que requiere mano de obra barata, pero también calificada para impactar en su crecimiento económico.
Los motivos para estimular la inmigración no son sólo económicos, también geopolíticos para incidir en las naciones exsoviéticas y sus vecinos fronterizos a fin de materializar su proyecto de alianza estratégica.
El Director del Centro de Rusia, Europa del Este y Asia Central y director asociado del Centro de Demografía y Ecología de la Universidad de Wisconsin, dijo que las consecuencias serán reales para la economía rusa sin importar su estructura política y sistema económico.
Rusia necesita trabajadores e invertir en ciencia y tecnología para tener tasas de crecimiento, pues el déficit de fuerza laboral representará una gran carga presupuestal que además puede disuadir la inversión.
En la conferencia Perspectivas socioeconómicas y políticas de los migrantes en Rusia –realizada en el Centro Cultural Casa Rafael Galván de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)– indicó que la Federación Rusa con poco más de 140 millones de habitantes contabiliza una población de inmigrantes de alrededor de 12 millones de personas.
Está conformada, especialmente, por rusos étnicos llegados como resultado del colapso de la Unión Soviética y la independencia de las repúblicas de Europa del Este, Asia Central, así como de las zonas del Cáucaso y el Báltico, en 1991, además de los de origen asiático que arriban de los países de Asia del Este –Afganistán, Pakistán y Corea, entre otros– como de ascendencia europea, provenientes de las naciones del ex bloque socialista de Europa del Este.
El fenómeno migratorio se caracteriza por ser legal e ilegal, éste último producto de personas que ingresan con visa, pero sin permisos laborales y con flujos cíclicos ascendentes y descendentes.
“Hay un sentimiento antiinmigrante en la sociedad que se manifiesta con protestas masivas, disturbios, marchas y expresiones nacionalistas en las campañas políticas, que en algún momento han provocado asesinatos y agresiones”.
Eduard Malayán, embajador extraordinario y plenipotenciario de la Federación Rusa, en México, dijo que su país trabajará de manera constructiva con el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump.
“Rusia no incidió en las elecciones estadounidenses”, ni “estuvo más cerca de Trump”, no obstante que mientras “Hilary Clinton nos calificó”, durante la campaña, como el causante de todos los males y la mayor amenaza para la seguridad de Estados Unidos, Trump dijo que con Rusia se debía encontrar un lenguaje común y “nos visualizó como socios y no como competidores o rivales”.
El embajador afirmó que “estábamos preparados para trabajar con cualquiera de los dos candidatos” y ahora con Trump vamos a buscar puntos de coincidencia, pero “hay puntos de los cuales no se puede pasar porque tanto Estados Unidos como Rusia poseemos capacidad de destrucción total”.
Por otra parte, el diplomático aseguró que “hoy existe la concepción, la visión de que ningún solo país puede arreglar los problemas internacionales”
La política rusa con respecto a América Latina no cambiará “con lo que sucede en Washington. Hemos visto a América Latina como un lugar de esperanza de socios”. Pese a los cambios de gobierno y de tendencias como en Brasil y Argentina, las relaciones estratégicas continúan estables.
De México señaló que de acuerdo con datos de la Secretaría de Gobernación hay una comunidad de entre 20 a 25 mil rusos residentes, formada por artistas, deportistas, científicos, músicos, entre otros.
Las primeras migraciones se remontan a inicios del siglo pasado, en 1904, cuando 170 familias de una secta religiosa de malakanes se establecieron en el Valle de Guadalupe, en Baja California, lugar donde son productores de vino.