Ubicados en lo que hoy es América Central, los mayas dejaron inscritos en monumentos de piedra registros históricos de su sofisticado sistema político, de su rica cultura y de una avanzada tecnología.
Sus guerras, matrimonios, adhesiones entre reyes y reinas están ligados a fechas de su calendario y se correlacionan con días específicos del calendario cristiano. El final de esta tradición –que tuvo lugar en algún momento entre los años 800 y 1000 d.C.–, marca el colapso generalizado de los sistemas políticos mayas del período Clásico. El misterio sobre cómo pudo desaparecer una sociedad tan robusta desconcierta a los científicos.
Un equipo de investigación, liderado por Doug Kennett de la Universidad Estatal de Pensilvania (EE UU), ha estudiado la cueva Yok Balum (Belice) para medir la composición de los isótopos de oxígeno en sus estalagmitas y crear un registro de las lluvias durante este período.
“Nuestros hallazgos indican que el cambio climático jugó un papel clave en la desintegración de los complejos sistemas políticos de estas poblaciones. La sequía ayudó a desencadenar la guerra entre los centros políticos, lo que provocó una inestabilidad global de la sociedad, su fragmentación y colapso final”, declara a SINC Kennett.
Según los investigadores, los ricos registros arqueológicos e históricos de los mayas proporcionan una oportunidad única para examinar los efectos a largo plazo del cambio climático en el desarrollo y desintegración de los sistemas sociopolíticos.
“La conclusión principal de este estudio es que los efectos del cambio climático son complejos e influyen en múltiples escalas de tiempo, pero son solo una parte de la historia. Los textos antiguos de los mayas no recogen los patrones de lluvia de la época, pero hay registros históricos de las sequías a partir del siglo XVI, un punto de referencia muy valioso para deducir sus efectos nocivos en la productividad agrícola y en la sociedad debido a la hambruna”, añade el investigador.
Un colapso en dos etapas
Hasta ahora se sabía que los períodos de altas precipitaciones provocaron la expansión de la población maya y la prosperidad general entre los años 440 al 660 d. C. A esta etapa le siguió una tendencia a la sequía que duró cuatro siglos, marcada por una serie de sequías que provocaron la disminución de la productividad agrícola y al colapso de su sociedad.
Las estalagmitas de la cueva Yok Balum son muy particulares debido a que crecieron rápidamente y de forma continua en los últimos dos mil años –el intervalo crítico de interés para el desarrollo y el colapso maya–. Su estudio pone en evidencia el registro de los períodos de alta precipitación pluvial y de sequía en esa época.
“Estas estalagmitas son muy puras, no contienen gran cantidad de detritus –residuos que provienen de la descomposición de fuentes orgánicas–, de modo que la datación es muy precisa. Además, la composición isotópica del oxígeno de lluvia cambia según la cantidad de lluvia que cae, lo que se conoce como ‘efecto cantidad’. Esta huella isotópica viaja con el agua de lluvia dentro del sistema de la cueva, se incorpora al crecimiento de las estalagmitas y estas reflejan la cantidad de lluvia que cae sobre la tierra en la superficie”, explica el autor.
El registro de lluvias incrustado en las estalagmitas ofrece más pruebas de que hubo dos períodos climáticos extremos que provocaron el colapso de los mayas. Una primera etapa, de alta precipitación pluvial, provocó la expansión de la población maya y la prosperidad general durante los años 440 al 660 d.C. A este período le siguieron una serie de sequías que provocaron una disminución de la productividad agrícola y contribuyeron a la fragmentación social y el colapso político.
La segunda etapa fue más tardía entre los 1020 y 1100 años d.C., durante una sequía más grave y extensa. “Argumentamos que esto puede ayudar a explicar por qué la región quedó despoblada y por qué nunca volvió a alcanzarse el grado de complejidad social anterior desarrollado en la región”, subraya el científico.
El trabajo amplía la comprensión sobre qué sucedió con los mayas en un contexto de cambio climático global. “También hemos caracterizado el momento y la naturaleza de la sequía durante el período Clásico con una certeza mucho mayor”, concluye.