Las aves alimentan a sus polluelos hasta que alcanzan la edad para volar, pero de acuerdo a una nueva investigación, son las hormonas las que controlan que las crías dejen el nido.

En un estudio publicado en línea en Behavioral Ecology, titulado “Parent–offspring conflict during the transition to independence in a pelagic seabird”, se explica que mientras se estudiaba una colonia de pardela pichoneta o lechuzón mocho chico (Puffinus puffinus), en la isla de Skomer, cerca del sudeste de Gales, los investigadores de la facultad de ciencias biológicas se dieron cuenta que los padres parecían muy insensibles a las demandas de alimento de sus crías cuando les empezaban a salir las plumas.

Al mismo tiempo las crías mostraban un marcado nivel de la hormona corticoesterona, sin embargo, el equipo necesitaban saber si este incremento era independiente o causado por la reducción de la alimentación.

Así que decidieron hacerle una jugarreta a los padres intercambiando a los polluelos de diferentes aves entre los nidos para ver si afectaba el cuidado que los padres brindaban a las nuevas crías mientras se emplumaban.

“Las pardelas no se dieron cuenta de los cambios y regresaban al mismo nido después de recolectar comida. Lo que observamos es que los adultos dejaban de alimentar a las crías aproximadamente a las 60 días de edad o tenerlos en el nido”, dijo el doctor Keith Hamer, autor principal del estudio.

La producción de corticoesterona tiene lugar a los 70 días de edad y esta afirmación se mantuvo incluso cuando los polluelos que había sido “adoptados” en edades dispares siguieran siendo alimentados o no, lo que demuestra que la producción de la hormona es independiente al comportamiento de los padres y la falta de alimento.

“Nuestros estudios muestran que los pardela jóvenes dejan el nido por su propia cuenta cuando los niveles de corticoesterona llegan a un pico, más que como resultado de la privación de alimento. Asimismo, nos dimos cuenta que padres y polluelos necesitan grandes cantidades de energía para su ardua migración a través del Atlántico hacia Sur y Centroamérica, así que los padres parecen reducir la cantidad de alimento simplemente para protegerse y soportar el viaje, así que de forma sincrónica los polluelos deben valerse por sí mismos”, dijo el doctor Hamer.

 

Bibliografía

 

 

Keith Hamer et al. “Parent–offspring conflict during the transition to independence in a pelagic seabird” (2012). Behavioural Ecology.

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