Existen terapias farmacológicas que mitigan las alteraciones causadas por el abuso en el consumo de sustancias inhalables, incluso existen fármacos que facilitan la abstinencia, pero los medicamentos por sí mismos no ofrecen una solución a todas las alteraciones provocadas por las drogas inhalables.
Es por esto que las ciencias médicas se encuentran en la búsqueda de terapias conductuales que ayuden a restablecer las condiciones de vida de las personas con problemas de adicción, explica la experta en farmacodependencia Nayeli Páez.
Nayeli Páez es responsable del Laboratorio Integrativo para el Estudio de Sustancias Inhalables Adictivas del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, que en colaboración con el Instituto Politécnico Nacional (IPN), investiga los efectos de un tratamiento que incorpora la estimulación social, motora, visual y cognitiva, para el restablecimiento de pacientes con problemas de abuso de inhalables.
Lo que se busca es una terapia que contrarreste las alteraciones cognitivas de los individuos, que reduzca la muerte neuronal, la ansiedad y la depresión; una terapia más integral que evite la necesidad de tomar un fármaco para la ansiedad, otro para la memoria, para la depresión y así para cada alteración, detalla la investigadora.
Simulando condiciones en el laboratorio
Lo que se pretende en el laboratorio es simular, en modelos con ratones, los efectos del abuso crónico de inhalables para después probar terapias dirigidas a revertir las alteraciones presentes, explica la doctora Nayeli Páez.
Para provocar en los animales las alteraciones generadas por el uso crónico de las sustancias inhalables se utilizó gas tolueno, sustancia presente en estas drogas que ocasiona las alteraciones neurológicas.
Se expuso a los animales en el laboratorio a cámaras de inhalación donde se les administraron dosis crónicas de este gas. Un grupo de ratones fue expuesto a dos mil partes por millón de tolueno, mientras que otro se expuso a cuatro mil partes por millón. Además se contó con un grupo control al cual no se le dio a respirar tolueno.
Después de diferentes análisis conductuales y neuroquímicos se encontró que a la cuarta semana de exposición los animales presentaban signos de deterioro asociados al consumo crónico de inhalables.
“No nos interesaba evaluar una sola exposición porque eso no es lo que hacen los chicos que consumen, ellos se exponen diariamente en sesiones frecuentes”, recalca la investigadora.
La principal terapia analizada en este laboratorio fue el enriquecimiento ambiental como alternativa integral para las personas que sufren de adicción. El enriquecimiento ambiental consiste en mantener los ratones en un medio que los estimule física, social, visual y cognitivamente.
Para probar la terapia, al presentarse las alteraciones crónicas, los ratones dejaron de ser expuestos al tolueno y durante cuatro semanas se mantuvo un grupo dentro de un alojamiento estándar mientras que el otro se colocó en un alojamiento con enriquecimiento ambiental.
Alojamiento estándar contra enriquecimiento ambiental
Se evaluaron los cambios en la memoria debidos a los diferentes tratamientos. Como era de esperarse, los ratones expuestos a las dosis de tolueno presentaron un deterioro en la memoria desde la primera semana de consumo del inhalable.
Lo interesante fue cuando los animales tratados con el enriquecimiento ambiental presentaron mejoría en su deterioro de la memoria, mientras que los ratones en alojamiento estándar, a pesar de ya no recibir dosis de la droga, siguieron presentando el mismo ritmo de deterioro, explica Nayeli Páez.
«Esto da indicios de que el solo hecho de dejar de inhalar no es elemento suficiente para que se dé una recuperación espontánea, lo cual no es una buena noticia. A pesar de ello, la buena noticia fue que con el enriquecimiento ambiental la memoria en los ratones volvió a niveles similares a la de los que nunca habían inhalado».
Otro efecto del enriquecimiento ambiental analizado en el estudio fue la mejoría que podía producir en los niveles de ansiedad en los ratones, lamentablemente, este tratamiento no pudo revertir los niveles de ansiedad de los animales, comenta la investigadora.
La siguiente característica a evaluar fue el desarrollo de la conducta adictiva. Lo que se busca en los pacientes es evitar la recaída en el consumo de inhalables y con el enriquecimiento ambiental se observó una mejoría en el comportamiento adictivo en los animales tratados con este, la cual no se dio con el alojamiento estándar, recalca Nayeli Páez.
Mecanismos detrás de las respuestas conductuales
Lo que se observó a nivel molecular fue que la inhalación crónica de tolueno activa los receptores de glutamato, llamados receptores NMDA, que están involucrados en la plasticidad neuronal y la formación de memorias.
Esta activación puede llevar a la formación de especies reactivas de oxígeno y nitrógeno, que pueden ocasionar estrés oxidativo, y en un caso extremo a la muerte celular programada, explica la investigadora.
Debido a esto se decidió estudiar los procesos de muerte neuronal y de neurogénesis, investigar si la muerte celular se podía revertir en los ratones mediante el enriquecimiento ambiental, comenta Nayeli Páez.
Lo que se encontró fue que a pesar de que los animales dejaban de inhalar tolueno, la muerte neuronal y la reducción en la generación de nuevas neuronas se mantenía. Las neuronas seguían muriendo a pesar de que la droga había dejado de ser suministrada y las neuronas remanentes se volvieron más simples.
En cambio, con el enriquecimiento ambiental se dio un aumento en el número de nuevas neuronas y en la complejidad de las mismas, incluso a niveles similares al de animales que nunca fueron expuestos a la droga.
Efecto positivo dentro de las células
La investigación apunta a que el enriquecimiento ambiental disminuye las concentraciones de especies reactivas de oxígeno en las neuronas, además de aumentar los niveles de antioxidantes naturales en estas células, lo cual evita la muerte neuronal.
Estos resultados concuerdan con la teoría de que la estimulación cognitiva puede promover el desarrollo de plasticidad neuronal, provocando que el sistema nervioso busque diferentes maneras de resolver los problemas que se le presentan a pesar de las alteraciones sufridas.
El futuro de la terapia
“Tenemos todavía muchas preguntas, por ejemplo, qué otros receptores se ven involucrados en el deterioro cognitivo, qué tanto dura el efecto del enriquecimiento ambiental, cuál de los elementos de este tratamiento es el más importante, será el ejercicio, la convivencia, el reto cognitivo o el conjunto”, se pregunta Nayeli Páez.
El laboratorio, que comenzó sus actividades en el 2011, busca en un futuro simular situaciones ambientales más parecidas a las que tendría un paciente en un tratamiento real.
A estos ratones se les tuvo en un ambiente propicio durante 24 horas seguidas, pero un paciente no tiene estas posibilidades, queremos saber qué sucedería si el tratamiento es administrado por unas cuantas horas al día o algunos días a la semana. El objetivo es simular las condiciones de un tratamiento humano real, concluye la investigadora.
Violeta Amapola Nava
Ciudad de México (Agencia Informativa Conacyt)