«Wait a minute, wait a minute, you ain’t heard nothin’ yet» (Un minuto, un minuto, todavía no han escuchado nada). Estas fueron las primeras palabras salidas de la boca de un actor que pudieron escuchar los espectadores de una sala de cine, y fueron pronunciadas por Al Jolson, protagonista de la película The Jazz Singer, El cantante de jazz.
El estreno se hizo el 6 de octubre de 1927 en el Warner Theatre de Nueva York, y desde un principio causó gran expectación porque fue la primera película de la historia con sonido y diálogos sincronizados. El público aplaudía enfervorecido al final de cada número y disfrutaba por primera vez el diálogo de los personajes en el cine como si salieran de sus propias bocas.
Al concluir la première de la nueva película, el crítico de cine y dramaturgo Robert Sherwood tecleó en su columna para la revista Life unas palabras que fueron premonitorias de lo que ocurriría los años siguientes: «Me he dado cuenta cuenta por primera vez de que el fin del cine mudo está a la vista“.
La obra teatral El Cantor del Jazz, de Samson Raphaelson, fue un éxito en Broadway en su versión original de 1925, cuando la Warner Bros. buscó realizar con su guión la primera película sonora de la historia.
Cuando la Warner Bros. rechazó las condiciones salariales de George Jessel, quien era el interprete original del papel en la obra de teatro, el estudio se acercó a Eddie Cantor, a quien tampoco le pareció atractiva la oferta. Fue entonces cuando le fue ofrecido el papel a Al Jolson.
La sonorización de la película se hizo con el sistema «Vitaphone», que era la grabación del sonido sobre un disco. Se trataba de un tocadiscos que se conectaba al motor del proyector de manera que la rotación del plato quedaba sincronizada según la velocidad de la bobina.
A partir de ese momento, el cine cambió de manera radical y desde entonces, también, las comedias musicales se multiplicaron.
La obra adaptada contaba con cinco actos el cual el personaje central narra la historia de una familia judía ultra ortodoxa, el Rabino Rabinowitz que era el padre, quiere que su único hijo Jakie, dé continuación a la tradición familiar y se convierta en la quinta generación de rabinos, pero éste elige otro camino y por lo tanto otra forma de expresión para sus aptitudes vocales: decide convertirse en un cantante de jazz.
Si quiere escuchar esas primeras palabras proyectadas en el cine, aquí están