Huellas de dinosaurio cojo- Novella Razzolini (ICP)

Huellas de dinosaurio cojo- Novella Razzolini (ICP)


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Las huellas fósiles –también llamadas icnitas– que los dinosaurios dejaron impresas en el sedimento proporcionan mucha información sobre estos dinosaurios: el tamaño, el desplazamiento, la velocidad, el comportamiento (si eran gregarios o solitarios, por ejemplo), el grupo al que pertenecían e, incluso, detectar si alguno de ellos presentaba una patología.

El dinosaurio sufría una lesión en el segundo dedo del pie izquierdo

Un estudio, liderado por Novella Razzolini, investigadora del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP), analiza un rastro formado por 31 huellas que dejó un dinosaurio ornitópodo en el yacimiento de El Barranco de la Canal, cercano al municipio de Munilla (La Rioja).

Los ornitópodos constituyen un extenso grupo de dinosaurios herbívoros. Las huellas encontradas en este yacimiento probablemente pertenecen a un ornitópodo iguanodóntido, que pudo llegar a los once metros de longitud y los dos metros de altura.

Mediante técnicas láser y fotogrametría 3D (una técnica que permite determinar las características geométricas de un objeto a partir de fotografías), el equipo de científicos determinó que el dinosaurio sufría una lesión en el segundo dedo del pie izquierdo, lo que le hacía caminar de forma irregular, posiblemente para evitar el dolor que le causaba esta patología.

«Observamos que los pasos izquierda-derecha son significativamente más cortos que los pasos derecha-izquierda, lo que nos hace pensar en una cojera provocada por la lesión», explica Razzolini.

Pies con formas distintas

Además de analizar la anchura de los pasos, la investigación, publicada en Cretaceous Research, apoya la hipótesis de la lesión al demostrar que las huellas del pie izquierdo tienen una morfología distinta de las del pie derecho.

"A pesar de esta afectación, la velocidad de desplazamiento del animal no estaba alterada", comenta

Las de la derecha tienen una forma que ya era conocida en esta especie de ornitópodos del Cretácico inferior, llamada Caririchnium lotus porque la distribución uniforme de los dedos recuerda vagamente a los pétalos de la flor del loto. Sin embargo, en el pie izquierdo se observa como el segundo dedo casi se solapa sobre el tercero. «A pesar de esta afectación, también vemos que la velocidad de desplazamiento del animal no estaba alterada», comenta la investigadora principal del estudio.

Tradicionalmente los estudios de este tipo se centraban sólo en la morfología de las icnitas. En este caso, los expertos cuantificaron las diferencias entre huellas mediante un nuevo parámetro llamado «ancho interdigital», que ha permitido certificar estadísticamente las diferencias entre las huellas de un pie y del otro. Las icnopatologias (alteraciones en las huellas producidas por lesiones) son difíciles de distinguir de las huellas irregulares causadas por la deformaciones del terreno.

Hace 120 millones de años, durante el Cretácico inferior, esta zona de la Rioja era un terreno lacustre con presencia de agua salada. El tipo de suelo, formado por arenas y limos, favoreció la conservación de los rastros de los animales que vivieron allí. Además de dinosaurios ornitópodos, se han encontrado huellas producidas por dinosaurios carnívoros, placas de tortugas y escamas de peces, entre otros restos.

Referencia bibliográfica:
Razzolini, N.L., Vila, B., Diáz-Martínez, I., Manning, P.L. & Galobart, À. (2015). «Pes shape variation in an ornithopod dinosaur trackway (Lower Cretaceous, NW Spain): New evidence of an antalgic gait in the fossil track record» Cretaceous Research 58: 125-134. DOI: 10.1016/j.cretres.2015.10.012

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