La espinosa estrella de mar Acanthaster planci es la primera amenaza natural de los corales. Sobreabunda ciertos años en las aguas del Índico-Pacífico y diezma arrecifes enteros, tal y como han observado investigadores del IRD y sus socios(1) en la Polinesia francesa.
La estrella se ha propagado de isla en isla
El archipiélago sufre, desde 2004, una nueva explosión demográfica de este depredador, una de las más intensas y devastadores jamás registrada. Acanthaster empezó a proliferar de manera bien localizada en las islas Australes y en las de Sotavento. A continuación, en 2006, su colonización se propagó a Tahiti y Moorea(2). Gracias a una decena de estaciones situadas en esta última isla, los científicos pudieron seguir la progresiva dinámica de la infección de los corales tanto en los lugares en que se producía como a lo largo del tiempo en que tenía lugar. En un nuevo estudio publicado en PLoS One, describen la propagación de la invasión por el arrecife.
Desde las profundidades hasta la superficie
La estrella de mar se estableció, primero, en las zonas más hondas de las pendientes exteriores del arrecife, a unos 20 o 30 metros de profundidad. Pero, a continuación, subió hasta los 6 metros, e incluso colonizó algunos sectores de las paredes interiores del anillo coralino. Por eso, los daños solo se fueron manifestando poco a poco: por ejemplo, en el nivel de una de las estaciones, el 47% de índice de recubrimiento de coral vivo en 2006 pasó a ser del 21% en 2007, del 6% en 2008 del 2% en 2009. Un balance catastrófico que perturba la estructura y el funcionamiento del conjunto de las comunidades de los arrecifes (como es el caso del pez mariposa y otras especies coralívoras, etc).
Causas todavía misteriosas
¿Qué es lo que provoca que la Acanthaster planci se multiplique? En Australia, cuyos arrecifes sufren igualmente este tipo de destrucción, las invasiones se producen después de años muy lluviosos. Las precipitaciones arrastran un exceso de desechos de los nutrientes producidos por las actividades humanas, lo que conlleva una proliferación de las algas de las que se alimentan las larvas del equinodermo*. Pero, en la Polinesia, la presión del hombre parece demasiado débil y localizada(3) como para explicar la extraordinaria pululación de la estrella de mar. A falta de datos a día de hoy, el fenómeno sigue siendo enigmático.
Puesto que las causas siguen aún sin determinar, los medios de lucha contra la Acanthaster planci para preservar las actividades económicas alrededor de la barrera de coral, como el turismo y el submarinismo, siguen siendo muy escasos. Los investigadores estudian ahora los procesos de “reclutamiento” de los corales o, dicho de otra forma, los procesos de repoblación del arrecife, para favorecer su tolerancia a las agresiones. Si se diera una nueva perturbación, serían necesarios entre 10 y 30 años para que el ecosistema coralino pudiera regresar a su estado inicial.
Notas :
1. Labex CORAIL – CRIOBE en Moorea, universidades de Brisbane en Australia, de Florida en Estados Unidos, y de la Reunión, y el Australian Institute of Marine Science.
2. A Tahití y a Moorea se las llama las «Islas del Viento» por oposición a las «Islas de Sotavento» (Bora-Bora, Raiatea, Maupiti). Todas constituyen el archipiélago de la Sociedad. 3. Con 250.000 habitantes en los 3400 km² de tierras emergidas, la densidad de población es muy baja en la Polinesia francesa.
*¿Sabía que…?
Las estrellas de mar, igual que los erizos de mar, son equinodermos, palabra proveniente del griego que significa «piel con espinas». No tienen cola ni cabeza y ¡ni siquiera izquierda o derecha! Su cuerpo se divide en cinco brazos simétricos a partir del centro. Tampoco tienen cerebro, sistema nervioso ni sangre: el agua del mar circula por sus organismos, asegurando así la respiración, la alimentación y la deyección del animal, y sirviendo también para accionar sus miles de minúsculos pies provistos de ventosas.
Es interesante saber que…
…desde hace 40 años, los arrecifes de coral se enfrentan a un aumento de la frecuencia y de la intensidad de perturbaciones naturales (decoloración de los corales, ciclones e invasiones de Acanthaster planci), que se añaden al estrés que ocasionan las actividades humanas (contaminación, construcciones en el litoral, exceso de pesca, etc.). A escala mundial, el 75% de los arrecifes de coral está amenazado, y aproximadamente el 20% ya ha sido irremediablemente destruido.
Acanthaster planci est es una estrella de mar coralívora, es decir, que se alimenta de los pólipos coralinos, la parte animal del coral.. Se trata de una especie muy fecunda: cada hembra pone de 4 a 60 millones de huevos por estación. El índice de supervivencia de las larvas es, en general, débil. Pero, periódicamente, el equilibrio se rompe…
El enemigo número uno de los arrecifes de coral es una estrella de mar, Acanthaster planci, que en determinados periodos, por razones todavía desconocidas, prolifera y devora arrecifes enteros de coral en tan solo algunos años. Esto es lo que viene sucediendo desde 2004 en la Polinesia francesa. Un nuevo estudio de los investigadores del IRD y sus socios(1) analiza la invasión de esta estrella de mar en los arrecifes coralinos que circundan Moorea, la «isla hermana de Tahiti»(2). Desde las profundidades hasta la superficie del anillo coralino, el porcentaje de recubrimiento del arrecife por el coral vivo ha pasado de un 50% en 2004 -coral sano- a menos de un 5% en 2009. El ecosistema necesitará por los menos 10 años para recuperar su estado anterior.